Pruebas de Rol para Capitanes y Espada

Nombre: Shiro Tamashi
Facción: Capitán
Rango solicitado: Capitán del 5to Escuadrón
Ficha

Colores de la trama:

Era temprano..., me levanté lentamente de la cama, y como todos los días, mi primera tarea fue ir a abrir la ventana de mi cuarto, todo lucia oscuro, apenas se diferenciaban siluetas y relieves en el horizonte, ni siquiera las estrellas dejaban verse por esas nubes grises que cubrían el cielo...

"Que noche mas horrible, ¿que hora será...? Quizas las 4 o 5 de la mañana..." -pensé mientras me ponía mis ropajes para salir de casa y dar mi paseo rutinario por el Rukongai.

Antes de dirigirme hacia la calle, pasé por las habitaciones de mis padres y mi hermano, todos dormían placenteramente, así que tomé rumbo hacia la puerta, en el momento que recordé que seria buena idea coger la daga de acero bizantino que mi padre me regaló por mi décimo cumpleaños, así podría entrar un poco la velocidad de mis reflejos, y la técnica de mi autodefensa. La agarré por la empuñadura, nunca antes la había sujetado, y note un peso demasiado elevado para su tamaño...

"Que raro..., parece muy pesada esta daga, sabiendo que la empuñadura es de madera de nogal, y el filo es acero negro, y sabiendo sus medidas, diría que pesa 238 gramos mas de lo normal..." -pensé levemente sin darle más importancia, para seguidamente meterla en la funda que llevaba atada a la cintura.

Abrí la puerta de mi casa con mucha delicadeza, sabia que aun era temprano, y no quería despertar a mi familia. Salí de la casa y con suavidad cerré la puerta. Ya en la calle, la temperatura era notablemente inferior a la de mi vivienda...

"Diría que aquí hay entre 7 y 10 grados menos que en casa..." -pensé mientra caminaba hacia delante, bajando las escaleras de la entrada de mi casa y me alejaba de ella con un paso relajado.

El cielo se veía por completo nublado, incluso se veía lo que parecía una tormenta en el horizonte. El suelo crujía al pisarlo, la sensación de frió que había en el ambiente estaba fuera de lo normal, tanto que se había congelado el agua del roció de la noche, y sonaba ese característico crujido al pisar el césped. Sin más dilación proseguí mi camino, por el que todas las mañanas daba mi paseo rutinario.

"Que oscuro esta todo..." -pensaba, sabiendo que hoy no encontraría a aquella gente con la que normalmente dialogaba en mi paseo. De igual manera eso no me hizo detenerme y continué andando observando la belleza de la oscuridad la cual no le había mostrado mucho interés.

Me detuve..., era un chico bastante observador, pero sobretodo un chico con un gran nivel de escucha. Ya detenido, comencé a agudizar mis oídos, para intentar escuchar lo que primeramente pensé que era un ruido extraño..., tras pocas décimas de segundo después, percibí que el ruido procedía de un ser vivo, por el sonido inconstante e irregular. Seguidamente supe que ese ser poseía 4 extremidades, el ruido leve que producía al caminar decía que era una ser pequeño, de unos 12 a 40 cm de altura, pero aun así no sabia cuan peligroso podía ser ese ser. Así que me puse en un modo defensivo, agarré suavemente mi daga y empecé a andar de forma suave y sutil hacia donde procedía el leve ruido de los paso...

"Esta tras la esquina de esa calle, lo noto, se está acercando..." -pensaba sin detener mi paso. Cada vez lo notaba mas cerca, mis sentidos solo se centraban en ese leve ruido que cada vez le mostraba mas y mas interés.

Aquel ser llegó a la esquina. Mi paso suave se detuvo, y quedé a la espera de que aquel espécimen se mostrara completamente..., mis sentidos permanecían alerta hasta pocos segundos después de que aquel animal se mostrase...

"Maldita sea..." -pensé mientras mis sentidos mermaban su trabajo, y mi cuerpo volvía a un estado de relax rapidamente.

"Es..., un... un gato..., un precioso e inofensivo gato..." -pensé mientras retomaba mi paso hacia él para cogerlo y acariciarlo...

-Misiii... -dije en un tono suave y dulce para intentar que el gato notase mi presencia...

-Miauuu... -respondió el gato girando su cuerpo y dirigiéndose hacia mi con el mismo paso lento y suave con el que venia por la otra calle. Lentamente se acerco a mi hasta llegar a mi pies en los cuales se acariciaba el solo.

Noté que este pequeño gato blanco había pasado la noche en las calles del Rukongai, quizás  se escapó de alguna casa de algún vecino, quizás vino de otro distrito mas pobre buscando algo de alimento. Lo que estaba claro es que no lo dejaría rondar ni una noche mas por las calles heladas del Rukongai. Lo cogí y lo apegué a mi pecho, abrazándolo con los 2 brazos para darle algo de calor. A lo cual él respondió acurrucándose y cerrando lo ojos. Supe que estaba a gusto y decidí volver a casa para que no pasase más frió. Cuando de pronto al girarme para volver mis pasos hacia atrás pude ver 2 sobras, que parecían de 2 personas adultas, las cuales me hicieron sobresaltarme, pero más aun cuando en décimas de segundo desaparecieron..., esto me alertó mucho más, consiguiendo desequilibrarme del susto, haciéndome caer al suelo de culo. Esto provocó que aquel gato, el cual acababa de conocer se alterara de igual manera que yo, y sin pensarlo salió corriendo de un salto, a una velocidad sorprendente, el cual perdí de vista en poco tiempo.

Estaba desorientado y algo asustado, así que no pensé madamas que correr hacia casa. Tomé un camino alternativo para volver a casa y en unos minutos llegué a la puerta..., antes de entrar, mire hacia atrás, me di cuenta que el cielo seguía nublado pero estaba todo mas claro, estaba amaneciendo, así que volví la cara y me adentré en casa para disfrutar de un día nuevo, en el cual pensaría mucho los sucesos ocurridos durante mi paseo rutinario.

Nombre: Shin Akarui
Facción: Shinigami
Rango solicitado: Capitán del 5 Escuadrón (Creación y Control de Kidoh)
Ficha

Leyenda:

Ambientación:

Era una larga y calurosa noche en la que las finas sábanas de la habitación de la academia parecían mantas sobre la piel. Me desperté a media noche, con un ligero pijama y me dirigí hacia la cocina para tomar un vaso de agua. Al volver, miré por la ventana como la luna se alzaba elegante en el cielo. Admiraba el color de la luna y me traía muchos recuerdos de mi difunta familia. Fue entonces cuando escuché un ruido que provenía de abajo, en el jardín y, como era de esperar por mi gran curiosidad, atravesé la ventana con cuidado y me deslicé desde mi habitación al jardín. No había reparado en que aún llevaba mi pijama y, a pesar de ser una noche calurosa, el viento rozaba con mi piel de forma seca y quizá algo fría. Pero aquel ruido persistía. Parecía un hombre talando un árbol, pero a esas altas horas de la noche no era lógico. El sonido atravesaba las murallas de la instalación. Subí al muro y me asomé, pero seguía sin ver nada, a pesar de que el sonido no cesaba. Era el límite de la instalación y a continuación se extendía un grandioso y hermoso bosque verde lleno de vegetación, pero yo aún seguía con la curiosidad de saber qué era ese ruido. Miré a mi alrededor para saber si alguien más había salido para indagar acerca de lo mismo que yo, pero parecía ser que no. Bajé el muro y comencé a andar, notando como la tierra húmeda era como un colchón a cada paso que daba. La sensación era agradable, a pesar de todo. Continué andando y el ruido se mantenía constante, con la misma intensidad que lo escuchaba desde mi habitación. Aquello era imposible. Hice un rodeo con la mirada completo, examinando cada detalle de aquel lugar en el que me hallaba, adentrado en el bosque. No veía nada hasta que noté como una sombra caminaba hacia mí. El sonido había cesado y la sombra seguía avanzando hacia mí. Me coloqué en posición de defensa y esperé a que la sombra se acercase lentamente a mí. Cuando me coloqué me di cuenta de que no debería haber salido sin mi Zampakutou que, aunque aún no había descubierto su nombre y permanecía sellada, me hubiera servido como Katana. Extendí mi brazo y apunté con el dedo hacia la sombra mientras comencé a recitar la invocación de un Hadou.
-Oh Señor, Máscara de Carne y Hueso, toda creación, batir de alas, aquellos que llevan el nombre de hombre, verdad y temperamento. A través de este muro sin destino de sue...- murmuraba hasta darme cuenta de la forma que estaba adoptando la sombra.
-¿Pa...Padre?-pregunté, puesto creí a mi padre muerto en el incedente del Rukongai.-¡Sabía que estaba aún vivo!¡Atacaron la casa y yo la defendí, fue entonces cuando...-Fui corriendo hacia él hasta que me interrumpió de lleno con una patada, dejándome caer en la húmeda tierra.
No pude dar crédito a lo que acontecía. Era él, estaba seguro, o por lo menos quería estarlo. No hacía mucho desde el incidente de la casa y aún lo tenía presente. El silencio pareció inundar todo el bosque por completo. Me levanté del suelo y mantuve el silencio. No decía nada. Fue entonces cuando percibí un rayo de luz que provenía de mi espalda. Pude esquivarlo justo a tiempo y el impacto lo amortiguó la tierra.
-Jijiji, nos vemos de nuevo, Shin Akarui... ¿O debería decir Shin Toketsu?-Comenzó a reírse de forma malvada.
No sabía a lo que se refería, pero la forma que parecía ser mi padre se desvaneció y apareció un bandido que recordaba haber visto en mi casa, robando el diario que aún no había conseguido leer. Empecé a encajar piezas en mi cabeza. Eran el ladrón y el líder de los bandidos que tramaron el asalto a mi casa y explotaron el carro donde viajaban mis padres. Eran los causantes de su muerte. La ira comenzó a hacer hervir mi sangre, apreté fuerte las manos y grité. Mientras aquel desgraciado seguía riéndose, como psicópata que era, comencé a recitar de nuevo el Hadou que estaba formulando.
Oh Señor, Máscara de Carne y Hueso, toda creación, batir de alas, aquellos que llevan el nombre de hombre, verdad y temperamento. A través de este muro sin destino de sueños desatados pero con la leve ira de tus garras. -¡Soukatsui!- dirigí mi dedo hacia la risa de aquel loco y le impacté de llenó. Dejó de reirse.
-Vaya... Parece que alguien quiere jugar.... ¿Acaso quieres acabar como tus padres? ¡BOOM!- volvió a empezar a reirse. Reparé en que el bandido había desaparecido, y pensé que quizás había ido a buscar refuerzos, por ello decidí que lo mejor era cambiar el lugar, para que les costase encontrarme. Comencé a correr y noté como aquel loco me seguía, pronunciando palabras que no entendía y dando brincos entre las ramas de los árboles.
Finalmente llegamos a un río en el cual se podía divisar una cascada, no muy grande a lo lejos. No era muy ancho y había piedras que permitían continuar el camino a través del río. De abajo de la cascada salían piedras puntiagudas y en el otro lado había una gran roca de la que parecía salir un brillo.
-Ya me he cansado de correr. Toca...¡EXPLOTAR!-gritó mientras me arrojaba un número que no llegué a contar de bombas. Para evadirlas crucé rápidamente al otro lado y me oculté tras la gran piedra. Me quedé asombrado al ver que aquel brillo que me pareció haber visto desde la otra orilla era el reflejo de la luna sobre la hoja de mi Zampakutou. Sí, mi Zampakutou. No sabía por qué estaba allí, pero no podría haber estado en ningún otro lado mejor. De la fuerza que ejercí al cogerla, arranqué un trozo de hierba. Tras la piedra comencé a recitar esta vez un Bakudou, me sabía todos los que nos habían enseñado en la Academia, se me daban bastante bien.
-Juzgado del cielo, trae tus cadenas de la justicia y detén la maldad que corrompe a este ser viviente.- Recité y, mientras saltaba por encima de la piedra, apunté con mi mano al vándalo, recitando el hechizo y dejándolo paralizado por completo durante unos instantes. Esos instantes los aproveché para armarme con mi Zampakutou y correr hacia él. En el instante que estaba llegando, saltando las piedras del río para cruzar al otro lado, pestañeé durante menos de un segundo. Al abrir los ojos y estar a punto de cortar a aquel tirano en dos. La silueta de mi padre volvió a aparecer.
-Hazlo.-Dijo lo que parecía ser mi padre. Era exactamente su voz. Me detuve en seco. pensé que podría ser él, que había regresado.
-¡Hazlo!-repitió. -¡Hazlo tal y como yo lo hice, cómo lo maté, con una explosión y todos los órganos desparramados! Jajajaja-volvió a sonar la risa del loco, esta vez, de inmediato, explosionó y me repelió, dejándome caer en el poco profundo lago muy cerca de las piedras puntiagudas.
Él seguía riéndose. Pero yo no. Acababa de confesar de que él lo hizo, que había matado a mis padres, que había disfrutado con ello. Y ahora haría lo mismo conmigo.
Me retiré la sangre de la cara con la mano y me fui levantando poco a poco, con poca energía. El lunático seguía riéndose, burlándose de mí, jopándose con palabras que no lograba entender. Fue entonces cuando toda la sangre que hervía en mi interior estalló.
-¡Tsubariiiiiiiiii!- mi Zampakutou emitió un fuerte resplandor que se dirigía hacia él. Perdí el conocimiento durante los siguientes instantes. Tan sólo recuerdo abrir los ojos y encontrar el cuerpo del malhechor despedazado. Cada órgano cercenado y desparramado por el suelo, con cristales que parecían hechos de luz  rotos por el filo de mi Katana incrustados en su cuerpo. Restos de lo que parecía haber sido una masacre para él.
Me quedé pensativo y dirigí mi mirada hacia la luna, golpeándome con su reflejo. Escuché entonces como unos ruidosos y numerosos pasos se dirigían a mi ubicación. Pensé que podía haber sido los refuerzos que había pensado. Y tras lo que acababa de ocurrir estaba confuso y no podía pelear. Por lo que decidí huir, recurriendo una vez más a uno de los Bakudou que había aprendido.
-¡Sekienton!-Pronuncié, haciendo aparecer una humareda bajo mis pies y aprovechando para escapar. Noté como habían llegado, pero logré desvanecerme a tiempo.
Anduve por el bosque de vuelta a mi habitación con la Zampakutou en mano y el pijama destrozado. Estaba muy magullado y a penas podía andar en línea recta. Finalmente logré alcanzar mi cuarto y me tumbé en la cama mirando por la ventana la luna. Acababa de asumir que mi familia estaba muerta, que no la recuperaría jamás. Que acababa de tener mi venganza, pero que no servía de nada. Pues ellos no habían vuelto. Aún me quedaba recuperar mi diario y ver qué era aquello que tenían tan bien guardado en mi casa. Ese tal "Diario en Vida de Shin".Poco a poco me fui sumiendo en un profundo sueño en el que veía imágenes de mi infancia, de mis padres, y de mi grupo de PAF.

Así fue cómo conocí el nombre de mi Zampakutou. Pero mi aventura no había hecho más que empezar, de nuevo, en el mundo de las almas.

Off. Aclaración:

Nombre:Havel Saulden III
Facción: Espada
Rango solicitado: 9 Espada
Ficha

Se trataba de una hermosa mañana, el castillo estaba algo patas-arriba porque Havel habia desaparecido sin dejar señal alguna de donde fue, supieron que algo andaba mal porque siempre estaba el primero en la mesa sentado al lado de donde se sentaba el rey, pero aquella mañana no estaba en sus aposentos ni en ninguna parte del castillo, la razon de todo esto es que se habia ido muy temprano hacia el bosque para recoger frutas y algunos insectos para pescar, cada cosa guardada en sacos diferentes para el viaje del que le habia hablado su amigo el rey hace unos dias, aunque se olvido de dejar una nota de  aviso por si ocurria algo en su ausencia, tras acabar de recoger frutas encontro que un pequeño siervo estaba atrapado en una trampa de algun cazador, no parecia haber nadie cerca asi que antes de que le viera alguien libero al ciervo para luego proseguir con su vuelta hacia el castillo cargando con un monton de fruta y el pequeño saco de insectos lo sujetaba su cinturon.

Ya llegado al castillo parecia ser que su madre andaba preocupada, al final de todo Havel recibio una reprimenda por no haber avisado, resultaba comico que una mujer de estatura tan desigual a la de su hijo podia tener tan mal genio cuando esta preocupada, la mujer que vestia un delantal de sirvienta y que ocupaba el puesto de ama de  llaves del castillo, su madre, tenia a su hijo bastante sobre-protegido aun sabiendo que era el general del ejercito del rey y su mejor caballero, pero tras aquella bronca mando a Havel hacia el comedor de inmediato para tomar el desayuno, este simplemente algo avergonzado se disculpo, dejo las bolsas atadas en sus aposentos aprovechando que le pillaba de camino hacia el comedor y cuando llego se encontro que todos le estaban esperando, al mismo tiempo todas las miradas de la sala echaron un pequeño mal de ojo a Havel por llegar tarde -Perdon~ perdon~ espero que no les hiciera esperar demasiado, tenia algunas cosas que hacer y sin darme cuenta el tiempo paso volando- Todos mantenian una mirada fija hacia Havel pero luego el salon exploto en una oleada de carcajadas, no podian enfadarse con alguien como el, sabiendo que siempre llegaba primero pensaron que fue a hacer algo importante, simplemente le invitaron a sentarse en su sitio mientras el rey, que tambien estaba sentado, espero a que Havel tomara asiento para tomar su cetro y darle un pequeño golpe en la cabeza para luego reir tambien -Esta vez los que hemos tenido que esperar fuimos nosotros, espero que te des prisa en comer porque en nada debes partir ¡Como te quedes dormido en el camino ire por ti para dejarte la cabeza como una campana de los golpes que te dare!- Havel no puedo evitar al escuchar a su viejo amigo decir aquello que empezo a reir y luego, el rey dio la señal para que todas las bocas que estaban esperando pacientemente pudieran empezar a engullir la comida, incluso Havel que habia hecho algo de ejercicio con su busqueda de fruta estaba comiendo con ansias su parte.

Tras haber acabado la hora del desayuno y todos ya alimentados, el rey se levanto para dar una importante noticia -Ejem, caballeros...- Todos no escuchaban ya que tras comer empezaron a hablar entre ellos, sin escuchar lo que dijo el rey, este intentó llamar la atension de todos, sin muchos resultados Havel tuvo que tomar las riendas en el asunto, dejando su jarra de cerveza en la mesa, dijo en voz alta -Chicos.... ¡A CALLAR!- Todos se asustaron por el repentino grito de Havel, para luego este suspirar con una sonrisa y dar paso a que el rey pudiera hablar -Gracias viejo amigo.... Bien, hace unos dias le informe a su general, Havel, que partirian hoy un pequeño grupo de ustedes junto con el, para hacer un pacto de paz con el ejercito vecino, podria ir yo mismo pero correria el riesgo de que los bandidos del camino nos asalten, aunque confio en todos ustedes y en mi leal guarda-espaldas, el riesgo es alto, por eso Havel sera mi voz en el encuentro con el reino vecino- Havel volvia a beber su cerveza mientras que todos empezaron a hablar entre si sobre quien seria elegido para ir, por supuesto que seria Havel quien los eligiera, seguramente solo a tres de ellos mientras que los demas guardarian el castillo en la ausencia de Havel, el rey tras haber dicho todo dio paso a que Havel hiciera su eleccion -Uhmmmmm... Albert, Elmur y Solth, vosotros sois los caballeros menos experimentados y nuevos del grupo, vosotros venis conmigo- Todos se quedaron mudos, pero los que mas fueron esos tres que Havel habia nombrado, Albert se trataba de el de mas edad de esos tres, hijo de leñador tenia brazos fuertes, pero su problema se podria llamar que tiene la habilidad de un pato sin una pierna cuando se trataba de pelear, Elmur, hijo del pescadero del pueblo, tenia gran destreza apuntando con el arco, algo que entreno pescando y sabiendo donde lanzar para conseguir los mejores peces, pero es tan debil que la gran mayoria de veces los peces grandes lo tiraban al rio, Solth, el mas joven pero capaz de los tres, sin duda temerario y valiente, pero no muy listo, sabiendo que pelea solo con un escudo y sus manos muchas veces acaba siendo el mas herido en los combates, esos son su eleccion para ir en un viaje importante hacia otro reino, locura o genialidad, el rey respetaba la palabra de Havel en aquel momento y mando a todos a retirarse, menos los tres que habian sido elegidos, ya que esos debian ir con Havel para que este, les informara de todos los detalles.

Al final tras aquel desayuno Havel llevo a aquellos hombres hacia el arsenal del castillo, el porque, para que Havel pudiera tomar su armadura buena, no se puede hacer una mision sin antes tener el mejor equipo, decidio tomar un gran garrote de metal como arma y su escudo favorito, un escudo redondo y grande que cubria bastante, luego fue dando a cada cual un arma seleccionada por el mismo -Albert, tu tendras la armadura de clase media, y el hacha de doble filo, estaras de vosotros el primero, detras de mi, Elmur tu tendras la ballesta de repeticion, un arco requiere fuerza pero la ballesta de repeticion viene con su propia potencia, ademas de disparar mas proyectiles en un solo disparo, tendras la armadura ligera, tu iras detras de Albert, en cuanto a Solth... te dejare los brazales acorazados con puas y el escudo de torre, cubre cuerpo entero y si no lo usas cubre bastante bien la espalda, tomaras la armadura pesada, y tomaras lugar en la retaguardia- Ninguno estaba aun mentalmente preparado para una mision, incluso el que alguien les eligiera el equipo no les parecia muy comodo pero no podian llevarle la contraria a Havel, Solth tardo un poco ya que odiaba que le mandaran algo tan simple como el equipo, pero tomando algo de aire simplemente fue a recoger su equipo -Cada uno lo he seleccionado por sus habilidades unicas de combate, Albert posee potencia en los brazos, por lo que la aprovechamos al maximo al tener que usar un arma como el hacha, y sin escudo le servira para entrenar los reflejos, un arma tambien puede ser un buen escudo, solo debes saber como usarlo.... Elmur, tienes mejor punteria de todos los de el escuadron del rey, pero sin dudas eren muy debil fisicamente, un arco no solo requiere punteria sino fuerza para preparar un simple tiro, la ballesta no requiere de fuerza, sino de habilidad, y la armadura ligera puede llevarla incluso alguien como tu asi que no veo que tengamos problemas con ello... y por ultimo y no menos importante, Solth, posees una gran resistencia fisica, te peleas mucho con la gente, incluso el resto de compañeros, la armadura pesada duplica tu potencial de resistencia y al mismo tiempo lo ejercita, los brazales son poderosas armas rapidas y al mismo tiempo pueden cubrir de  ataques debiles, pero el escudo lo he elegido para tener al maximo de capacidad tu resistencia, pegas duro pero nadie es inmortal, bien, tras haber dicho todo caballeros, preparen sus objetos de viaje, tienen al menos hasta que el sol este en lo mas alto para prepararse, ¡Pueden irse, nos veremos a la hora acordada!- Todos hicieron un saludo militar para luego irse, Havel solo se fue para ir a recoger sus cosas que preparó en la mañana.

Pasaron unas horas, dio tiempo a todos, incluido a Havel, almorzar algo antes de partir, el grupo aun andaba inseguro, ademas de extrañado ya que su jefe... estaba usando un toro como montura, el rostro que portaba era relajado ante la situacion, incluso su propio grupo dudaba de que la mision fuera a salir bien despues de todo, sabiendo el animal que su propio jefe montaba, tenia una armadura propia de una montura para protegerse pero adaptada para un toro, cuando estaban por partir, al final uno de ellos decidio preguntar, Albert fue el voluntario -Disculpe señor.... no estoy cuestionando sus ordenes, pero un toro para un viaje largo no cree que es algo.... extraño?- Havel permanecia inexpresivo ante la pregunta, simplemente cerro los ojos y miro al frente -Todo tiene una explicacion... y esa explicacion es simple, me apetecia sacar a Ernesto a pasear y este viaje viene de perlas para ello- Simplemente la cara de sus tres soldados no podia expresar lo extraño que sonaba aquello sabiendo que el viaje era importante, su propio jefe se lo tomaba con tanta calma que parece que lo tuviera todo controlado, mas que controlado asegurado de tal manera que resultaba extraño aun siendo las palabras de un superior, tras aquella extraña escena Havel decidio hacerles un gesto para que tomaran sus monturas para poder partir, Havel parecia ser el que mas llevaba aun siendo una bolsa de frutas, a diferencia de sus soldados que viajaban bastante ligero, el viaje prometia ser algo lento con la calma con la que se lo tomaba Havel.

Pasaron horas desde que partieron del castillo, al final caminaron tanto que cayo la noche sin darse cuenta, aun quedaba bastante viaje, debian atravezar la montaña procurando no ser atacados por ningun bandido, pero aquello seria en la mañana, todos ayudaron a encontrar leña mientras que Havel ocupaba la parte de encenderla, todos se reunieron a descansar alrededor del fuego, haciendo un anillo con piedras alrededor para procurar no provocar un incendio, esta parte fue totalmente cosa de Havel, pero tras aquello se quedo dormido usando su montura para apoyarse y descansar, los otros tres pasaron un rato discutiendo quien haria la primera guardia, pero parecia ser  que al final pasaron los tres la mitad de la noche sin poder dormir por la disputa del puesto de vigilancia, al final Havel los mando a callar ya que su riña logro despertarlo, al final antes de recibir otra bronca de su superior, Elmur decidio tomar el primer puesto para vigilar, luego Albert y por ultimo Solth, ya habiendo organizado todo pasaron la noche extrañamente sin incidentes, aun sabiendo que los lobos suelen rondar por esa zona, en la mañana Havel fue el primero en despertar para luego encontrarse un bonito panorama, los tres soldados estaban dormidos, decidio despertarlos con suavidad, tomo el garrote y el escudo para golpear el garrote contra este, haciendo suficiente ruido para que todos despertaran del susto, cuando todos se despertaron miraron avergonzados a su superior el cual estaba extrañado por la expresion que tenian todos -¿Ocurre algo chicos?- Decidio preguntar con suma calma, estos se miraron entre ellos para luego pedir disculpas simultaneamente por quedare dormidos, lo cual provoco un interrogante en Havel, por lo que respondio tranquilamente -Sois novatos, el vigilar la hoguera aun no lo teneis dominado, es mas facil cuando te acostumbras, aunque no hacia falta vigilar, los lobos en estos dias suelen estar en celo y solo se centran en buscar hembras, ademas, se pelean entre ellos y estando heridos no atacan a otros animales o humanos, ¿acaso no lo sabiais? por eso decidi usar este camino aun sabiendo lo de los lobos- Havel mostraba una voz jovial y alegre, pero sus novatos no sabian de ello, frustrados por el echo de que no fueron avisados al final suspiraron para recoger sus cosas y echar agua en el fuego, no durmieron tan bien como querian, al final los tres se quedaron dormidos en las monturas y Havel decidio atarlas cada una en fila a su montura, asi no se perderian en el bosque, ni ellas ni sus soldados.

Paso un dia entero hasta que Havel llego junto con sus soldados hacia el reino vecino, estos se despertaron poco antes de entrar en la ciudad, querian dar buena imagen para demostrar que los soldados de Havel son de la mas alta categoria, pero al final Havel en el castillo se paso de copas con el rey, ambos borrachos, la reina avergonzada y los soldados que se cubrian la cara para que no se viera su verguenza, pero lo que no sabian es que tras la borrachera de aquellos dos, Havel firmo el tratado de paz, uniendo ambos reinos como aliados y amigos, incluso le invito a volver algun dia, buscaba un pretendiente para su hija pero Havel decidio rechazar esa oferta, ya que como el decia -Aun soy joven para algo como el matrimonio... sentar la cabeza y todo eso, debere hacerlo pero eso sera cuando tenga un sucesor para la guardia real, algun dia- Dijo con una gran sonrisa antes de ponerse su casco y volver a casa con sus soldados, estos no entendian lo que acababa de ocurrir, pero al final Elmur se atrevio a preguntar -Señor, ¿acaba de rechazar la oportunidad de pertenecer a una familia real? ¿por que? todos quisieran casarse con una princesa y ser gobernante de un reino- Havel paró en seco su montura y miro a sus soldados, con un mortal silencio para luego responder -..... Aun debo proteger mi reino, unos novatos como ustedes no tienen tantas responsabilidades, yo no solo debo proteger el reino, debo dar imagen como tal de que lo representamos con orgullo, si algo le ocurriera a un solo aldeano seria el primero en buscar al responsable y enseñarle que mi posicion como general, es cualquier cosa menos un adorno...- Todos se quedaron en silencio, mirando al suelo para reflexionar, hasta que Havel rompio el momento en un solo momento -Ademas, un hombre soltero, da un aspecto de lobo solitario y da una imagen mas genial de el- Dijo en un tono tan infantil que sus soldados se quedaron mirandolo fijamente sin saber si llorar o propinarle una paliza, pero al final simplemente sonrieron, ya que sabian que aun siendo un hombre tan despreocupado, el se preocupa por su gente incluso sin ser un rey o alguien noble, solo un hombre como cualquier otro que se gano su posicion con sus propias manos, sabiendo que siempre tendria el apoyo de su gente, sus soldados, su familia, incluso del propio rey.