Pruebas de Rol para Tenientes y Primeras Fracciones

En este lugar es dónde deberás hacer tu casting para pertenecer a algunos de los cargos más altos de nuestros mundos. Pero esto, sólo será si tu Capitán o Espada lo han solicitado. Si no, no debes postear aquí.

Sin embargo, tu no tienes de qué preocuparte para saber si debes hacerlo o no, lo único que tienes que hacer es postear tu ficha solicitando el puesto que te interesa, y el staff se encargará de hablar con tu futuro superior, para posteriormente indicarte lo que procederá en el tema de tu ficha.


Bleach se basa en jerarquías militares, que evidentemente están marcadas por el nivel de poder de los personajes. Y aquí, en rol, ese poder se define únicamente por la habilidad narrativa, que se califica por diversos puntos, cómo:

♦ Buena calidad en los posts.
♦ Buena redacción.
♦ Correcta ortografía.
♦ Creatividad.
♦ Cero manipulación de los compañeros.
♦ Uso de recursos secundarios (PNJ´s, escenario, descripción de objetos, etc.)
♦ Respeto por todas las reglas del foro, como el formato de los colores de diálogo, aclaraciones de las técnicas en off rol, etc.

Por ese motivo esperamos que quienes ocupen los puestos más importantes del Gotei 13 y las Dependencias de Hueco Mundo, sean buenos roleadores y que además quieran comprometerse a ser muy activos en el foro.



Recuerda que el mínimo de líneas por post, es de aproximadamente 20, pero siempre será bueno si escribes más.
Pero... y esto es importante, aunque nos gustan los buenos rolers, nos gustan más las personas amigables, dispuestas, con una buena actitud y que además de escribir, tengan ganas de llevarse bien con todos en el foro. Sólo como dato.



Si por alguna circunstancia no eres aprobado para el cargo, te hacemos la más cordial invitación para tomar algún otro puesto, en el Escuadrón o Dependencia de tu agrado.

No tiene nada de malo ser oficial, de hecho, es una muy buena oportunidad para mejorar tu nivel de rol y desarrollar la historia de tu personaje. En el futuro, siempre tendrás la opción de ascender. ^u^

Nombre:Shuichi Minamino
Escuadron: 12
Rango: -
~Rukongai Primeros Dias~

Mis primeros días en el Rukongai fueron difíciles, no entendía que pasaba, no sabia que hacer ni a donde ir solo divagaba de un lugar a otro sin meta alguna observando lo grande que era este lugar. El sol brillaba sobre sus muchos habitantes, las casas se veían muy pobres al igual que varios comercios donde vendían diferentes tipos de cosas muy variadas. La gente vestía de una manera muy pobre y se podía ver alguno que otro niño robando comida y tratando de escapar para poder comer algo. También note a unas personas que vestían muy diferentes, vestían con un Hakama de color negro y cargaban con una Katana a su lado.-¿Quienes serán esos?-
Comencé a caminar por las calles del Rukongai y a lo lejos se podían ver unos edificios muy diferentes a estas casas humildes, no pude evitar quedarme mirando esos enormes edificios y preguntarme ¿que eran?
¿Porque son tan diferentes a estos?. Esas preguntas pasaban por mi cabeza una y otra ves, tanto que no pude evitar comenzar a pensar en voz alta.

-Que es ese lugar?-
-Se lo llama Seireitei, lugar donde habitan los Shinigamis-

Una misteriosa voz respondió mi pregunta, al voltearme pude ver a un anciano de apariencia humilde y aspecto amigable.

-Em. disculpe, estaba pensando es voz alta, ¿esos shinigami son esas personas que visten de negro con unas katanas?
-Exactamente niño jeje veo que no hace mucho que estas por aquí, luces muy perdido si quieres vamos a mi casa y podemos charlar-
-Por supuesto, muchas gracias-

Pude notar un tono muy amigable en ese señor y no pude evitar aceptar su invitación y poder conocer mas sobre este misterioso lugar. Nos dirigimos hacia su casa, era una casa muy humilde con el techo algo roto, al entrar pude notar algunos jarrones de agua también una cama y una caldera en el centro de la casa rodeada por 3 almohadas.

-Pasa y siéntate hijo, siéntete como en tu casa-
-Muchas gracias señor-
-No tienes porque agradecérmelo, pero no puedo dejar de notar de que eres una persona muy seria jeje vamos ya estas bien puedes preguntarme todo lo que quieras-
-Discúlpeme es que estoy confundido nada mas- Dije mientras sonreía
-Ya veo, pero no tienes que estar mal, ya veras que la vida por aquí es mejor de lo que se ve jeje-
-Si, pero estoy pensando es convertirme en Shinigami, por lo que pienso están para proteger a los demás ¿no es así?-
-Si pero ¿porque lo decidiste tan rápido?-

Su pregunta me había dejado pensando porque quería convertirme en eso, no sabia cuales eran los deberes de los shinigamis y si yo seria bueno para eso, era una persona inteligente pero ¿bastaría para poder ser un shinigami?.

-Porque quiero poder ayudar a los demás, no ser solo un habitante mas en este gigantesco lugar, quiero usar mis habilidades para algo mas algo útil para los demás-
-Ya veo, bueno entonces que te parece si buscamos a un shinigami y que te guie hasta el seireitei-
-Muchas gracias por toda su ayuda señor le juro que algún día se lo pagare-

Salimos de su humilde hogar y nos dirigimos comenzamos a caminar por las calles del seireitei, el sol continuaba su resplandor y una corriente de aire acariciaba nuestros rostros a medida que avanzábamos por estas calles tan pobladas de diferentes personas.

-Mmmmm hoy vi a unos Shinigamis caminando por este lugar- Pensé para mi mientras miraba hacia mis alrededores.

De pronto unos gritos se escucharon desde lejos, y el rugir de una gigantesca bestia ponía el suelo a temblar como si fuera un terremoto. A lo lejos se veía una misteriosa bestia con una mascara en su rostro y un agujero en su pecho, al instante no pude evitar sorprenderme.

-Señor quédese por aquí iré a ver lo que pasa- Dije mientras corría hacia la enorme bestia.
-No vayas te mataran!-

Corri tan rápido como pude, el anciano por sus años no pude seguirme el paso.
Al llegar al campo de batalla note a los 2 Shinigamis que había visto antes peleando con la enorme bestia que no paraba de rugir, los Shinigamis atacaban y atacaban pero sus ataques no servían la bestia los repelía con facilidad como si fueran moscas. Al ver a la bestia pude notar rápidamente un hueco en su defensa, protegía su cabeza y los ataques hacia sus brazos pero no protegía su parte inferior, sus piernas quedaban muy desprotegidas.

-¡Oigan!-

Mi grito llamo la atención de los 2 Shinigamis con facilidad, parando sus ataques.

-Que quieres niño estamos muy ocupados por si no lo notas-
-Si, no molestes ahora estamos tratando de matar a este Hollow-
-¿No lo entienden?, dejen de atacar a lo loco y vean lo que hacen, sus ataques son inútiles no ataques su cabeza ni sus brazos ataques sus piernas, hay un hueco en su defensa cuando atacan-
-¿De que hablas?-
-Hagan lo que les digo, que uno de ustedes ataque hacia su cabeza como distracción y el otro que vaya directo a sus piernas y se las corte-

Al momento de oír lo que decía dudaron, pero a medida que el Hollow se acercaba decidieron tomar mi estrategia, uno de ellos ataco su cabeza abriendo el hueco necesario para que el otro efectuara su ataque, corto sus 2 piernas con mucha facilidad de un solo giro de su espada haciendo que el Hollow cayera con mucha facilidad.

-Sorprendente funciono-
-Increíble, pero acabamos con esto-

El shinigami cortó a la mitad su cabeza de manera rápida y fácil. Al terminar con el se dirigieron hacia mi.

-Muy buena estrategia chico, ¿quien eres por cierto?
-Shuichi Minamino-
-Bueno Minamino, se ve que eres alguien muy astuto dime ¿no quieres convertirte en Shinigami?, alguien con tus habilidades podría ayudar mucho en el seireitei-
-Por supuesto que si los ayudare en todo lo que pueda-

Al aceptar la invitación, los Shinigamis y yo nos dirigíamos directo al seireitei, pasamos por la casa de aquel amable anciano que me había ayudado tanto cuando lo necesite, desde la puerta se veía aquel anciano que con un rostro de felicidad me saludaba despidiéndose de mi mientras yo seguí mi rumbo hacia el seireitei junto a los 2 Shinigamis.


~Academia~

Mis días en la academia de artes espirituales pasaron rápido, mis exámenes los pasaba con la calificación maxima y más alta de toda la clase y mi inteligencia y habilidades de calcular todo en una batalla sobrepasaban a la de los demás tanto que generaba odio de parte de algunos otros estudiantes.

Era mi ultimo año y las pruebas practicas ya las habíamos concluido todas faltaba las pruebas de graduación la cual no me tenían nada nervioso ya que sabia que las pasaría de manera fácil y rápido.
Solía pasar mi tiempo en los jardines de la academia, junto a una increíble y hermosa naturaleza que lo rodeaba casi por completo la academia, grandes arboles y hermosas flores, todo era muy lindo y relajante para mi. Yo era una persona a la que le encantaba la naturaleza, la consideraba parte de mí, convivía con la naturaleza como si fuera mi propia familia, era mi pasatiempo favorito.

Había ido hacia los jardines a esperar el momento en el cual empezarían las pruebas, me senté debajo de un árbol y mirando el cielo me puse a pensar en como seria cuando me gradué,En ese momento un estudiante vino para poder avisarme que los exámenes comenzarían pronto.

-Minamino-San, aquí estas, vamos las pruebas finales están por comenzar-
-Muy bien iré enseguida-

Me dirija hacia el salón de practica donde haríamos las pruebas finales las cuales constaban de luchar contra otro estudiante y mostrar las habilidades que aprendiste durante todos los años en la academia. No era necesario vencer al otro estudiante solo demostrar lo que sabias y dar una buena batalla, pero yo quería siempre superarme y ser el mejor y hacer todo perfecto no podía cometer ninguna clase de error.

El salón era grande, con sectores varios todos marcados con un área azul que era donde se hacían las batallas, en cada área había un maestro que era el que veía la batalla y observaba cada movimiento de ambos estudiantes.
Todos los estudiantes luchaban con Bokken que eran los sables de madera para entrenar, yo no podía esperar más ya quería luchar y poder graduarme y pertenecer a un escuadron y poder ayudarlos

-Muy bien Minamino, sos el siguiente-
-Si señor-

Yo y otro estudiante nos acercamos hacia el área de batalla con los sables de madera en nuestras manos.

-Muy bien esto es muy fácil, consiste en dar un toque con el sable al oponente en su cuerpo, si ya están listos pueden comenzar-

Nos pusimos en guardia y detenidamente comencé a observar a mi oponente, tenía una buena guardia tenia que ver como atacaba para poder idear una estrategia y así poder vencerlo.
Al ver que yo no atacaba el estudiante me ataco primero, ataco sin parar mientras yo con mi sable detenía todos sus ataques, pude observar que en todos sus ataques se movía hacia la derecha lo cual me hizo entender que el lado izquierdo era perfecto para poder contraatacar. Ataque para poder ver como era su defensa, su defensa era fuerte pero no dejaba de cubrir su lado derecho dejando totalmente expuesto su lado izquierdo.
Tomamos distancia y sonriendo dije-Esta pelea termino, prepárate porque ganare fácil y con solo un giro de mi sable-

-Eso lo veremos, sos inteligente pero tu fuerza deja mucho que desear, ahora terminare con esto!-
-¿Acaso crees que todo se soluciona con fuerza? pues estas muy equivocado y te lo demostrare-

Mi oponente atacaba con furia sin mirar mis debilidades, pero yo me mantenía tranquilo, me movi rápidamente por su lado izquierdo y con un rápido giro de mi sable toque su brazo izquierdo dándole así el fin a esta batalla.

-Minamino es el ganador!-

Al terminar la batalla me sentía mas feliz y alegre, por fin me graduaría
En la ceremonia de graduación, nos entregaron así nuestras Zampakuto y nuestro puesto en cada escuadrón yo fui asignado como ya lo habia pensado al escuadrón 12 y así fue como mi vida como Shinigami comenzaría.

Off Rol:

Nombre: Huidow Benezer
Puesto: Teniente
Rango: 9°

Introducción

Cuando Huidow pasa a través de las puertas del Sereitei, su cabeza le comienza a doler de forma horrenda, las cicatrices en su espalda le comienzan a arder y de pronto se siente ahogado. Pero se calma y respirando un poco más pausado hasta que se recupera su dolor desaparece tan rápido como vino… si bien las almas al trasladarse al mundo espiritual pierden sus recuerdos Huidow a veces sufre este tipo de ataques pues lo que más desea en el mundo es recordar su vida pasada.

Antes de la Sociedad de Almas fue un mercenario proveniente del medio oriente, lidero grandes guerras en contra de un gobierno opresor de su país y logro recuperar la paz después de grandes pérdidas tanto familiares como personales.

Después de derrocar al tirano que oprimía a su gente se dedico a la política y al combate del narcotráfico, nunca descanso y nunca fue derrotado por espada pluma ni beso, centrado y sumido en lo que sufrían otros pueblos como el suyo llamo al combate contra los guerrilleros que traían la peste de la droga. Pero finalmente fue traicionado por los mismos políticos que en una primera instancia le alentaron a derrocar al tirano que exprimía a su pueblo. Fue muerto por la espalda por un grupo de asesinos enviados por políticos celosos de sus logros contra el crimen de su país.

Dentro de las bajas del ataque estaban sus dos hermanos mayores y todos sus guardaespaldas, quedando el solo combatiendo a fuego cruzado contra dos asesinos muy hábiles, matando a uno de ellos y dejando herido de gravedad al otro el cual después de los interrogatorios de las fuerzas armadas confeso la participación de los políticos del propio país de Huidow, lamentablemente no resistió las heridas las cuales le fueron hechas durante el ataque y murió traicionado por su propia sangre pues consideraba a todos los habitantes de su país sus propios hermanos.

Pero su muerte no fue en vano porque debido toda su sangre derramada fue un icono inmortal y muchos se arrepintieron y convertido en mártir muchos pueblos se unieron a la causa que fundó, por ello aunque un alma parte hacia la inmensidad aun así puede volverse inmortal, no tal vez de carne y hueso pero si en un símbolo y eso es lo único que no se puede matar, el símbolo de un mundo mejor.

Al llegar a la sociedad de las almas este notable “guerrillero” llego al distrito del Rukongai más peligroso y por tanto el mas pobre, el 80, donde sufrió mucho, pero al igual que en sus días cuando estaba vivo trato de repeler a la gente mala y por ello no tardo en ser conocido y respetado en todo el distrito pero también odiado por muchos, debido a su rectitud fue defensor de los más débiles y amparo a los justos tratando de organizar a la gente contra el mal, pero no solo de otras almas son los ataques pues muchas bestias entraban furtivamente a causar caos pero eran las menores que apenas podían detectar los Shinigamis debido al bajo poder que estos tenían. Pero un día en un salvaje ataque al Rukongai casi fue asesinado por un hollow sin temor distrajo al más fuerte de ellos y lo atrajo fuera de la ciudad, mientras todos huían el trato de pelear pero el poder de un Hollow no se compara con un habitante del Rukongai, resultando herido gravemente y encontrándose al borde de una segunda muerte pero fue rescatado por una patrulla de combate de la Sociedad de Almas, a los días después despierta asustado a más no poder en las estancias de la enfermería del 4º escuadrón, al mirar su cuerpo vendado cree haberse convertido en Hollow y se toca el rostro desesperado, las lagrimas brotaban por sus ojos mojando las vendas pues si se convertía en un Hollow para el seria como convertirse en la amenaza que trato de rechazar. De pronto y apresuradamente entra un instructor de la academia junto a un teniente del escuadrón, uno de los cuales le rescato, este en particular pudo ver gran parte de las acciones que realizo y la valentía con la que actuó así que habiendo cupos en la academia Shinigami ingreso sin pensarlo dos veces. Su inicio no fue muy bullado, solo se limito a aprender lo que se le indicaba, pero cuando salió de la academia fue considerado por muchos como un mal Shinigami, pues siempre volvía herido de sus misiones mientras que sus colegas era raro que retornaran con heridas de gravedad, pero la verdad era otra, nunca salió a la luz pues siempre protegió a sus colegas de los ataques enemigos a costa de su propio cuerpo, luego de despertar su Shikai y al ver sus poderes de rastreo al contar con una nube que actúa como una red nerviosa, se le asignaron tareas de rastreo y de vigilancia y de esa forma se le asigno una tarea de eliminación, un Shinigami que no quería volver a la SS…


En las puertas del Dangai Recibe el documento de su superior y con una sonrisa de oreja a oreja partió sin más junto a una mariposa infernal. Su felicidad era realmente grande pues ahora siendo Shinigami pensó que podía generar un cambio real en la comunidad ya sean Shinigamis o Almas plus, y sin saberlo se convirtió nuevamente en el hombre que fue durante su vida mortal.

Los pies del Shinigami se posan en la tierra, si bien los humanos normales no pueden verle se esconde y vuelve una sombra, es pelirrojo, sus ojos son azules y su altura es más o menos promedio, no es aparentemente un adversario de temer, pero revisando un pequeño morral en su cintura trae algunos artilugios que le ayudaran a sorprender al hasta el momento desertor del Ejercito… es raro pero no había pensado hasta ahora en la Sociedad de las Almas como un ejército, una organización bélica con fines defensivos siempre pensó en ella como una fundación de ayuda hacia los difuntos en este caso el ciudadano promedio o almas plus,

Caminado lentamente agudiza sus sentidos y caminando por las calles trata de encontrar a…

-Henzil Ivarov, que nombre tan raro para un Shinigami- Dice mientras lee el pergamino y ve dos fotografías del objetivo

La primera era una fotografía de diez por diez centímetros que mostraba la cara de un tipo duro marcado de cicatrices, cabello negro y corto una persona así tan fiera no podría ser un desertor, debería amar la acción en la SS, sin embargo ordenes son ordenes, en el informe habían detalles de la última vez que se reporto y de las circunstancias de su desaparición, pero se sabía que seguía en acción pero no respondía los mensajes de ningún oficial, era sumamente escurridizo por ello se le ordeno al mejor rastreador encontrarlo y traerlo con vivo o muerto a la SS

-Vivo o ¿Muerto?...- lee Huidow en la ficha de la misión mientras sus ojos parecen volverse más grandes y el azul de ellos se hacen más intensos, esas palabras implicaban que debía matar a alguien por desobedecer a sus superiores, que debía extinguir a un camarada, pero se supone que no hay nada después de la vida en el Sereitei, ¿condenaría a la destrucción eterna a un compañero? - Na… debe ser una broma- dice recobrando su ánimo inicial.

Al llegar al edificio donde supuestamente debería ocultarse encontró fácilmente indicios de que Henzil se encontraba ahí, pronuncio las palabras –Sáciate Chi no Oni y su Zampakutou exploto en su ruido sordo manchando alrededor con sangre que parecía ser fresca… todo después quedo en silencio…

Cerrando los ojos Huidow se sentó en el suelo y cruzando sus piernas saco un pequeño shuriken de cristal, el cual rompió en el piso, así lo hizo con varios de ellos los cuales lanzo diestramente, unos se rompieron y otros quedaron incrustados, ya habiendo sangre por todos lados, se concentro nuevamente y de los charcos de sangre comenzó a brotar una suave neblina de color rojo, casi rosada y apenas perceptible en el aire del edificio, así entre la suave neblina se movió de aquí para allá y de pronto miro hacia una esquina…

-Sal de ahí ya te he encontrado- Dice hacia una pared llena de agujeros, la neblina comienza a hacerse más espesa inundando la habitación donde hablo Huidow

-Como me has encontrado maldita marioneta!!- dice una voz que parece venir de la pared, y sin más desde un agujero sale un shinigami en miniatura… si en miniatura, de no más de cinco centímetros de alto… -JAJAJAJajajajaja pero qué diablos te paso?- estalla Huidow al ver el cómico aspecto del objetivo - Me dijeron que era una pequeña misión pero no pensé que era tan pequeña jajajja- termina diciendo Huidow pero parece que será lo último que dirá pues de pronto se da cuenta que en un pestañear el Shinigami ha crecido y su Zampakutou se encuentra a centímetros de su cuello.

Un rápido movimiento aleja el arma enemigo de un punto vital pero de igual forma esta corta el cuerpo del Guerrero pelirrojo, la sangre se derrama inmediatamente en el suelo y cae de espaldas, las carcajadas de Ivarov no se hacen esperar pues piensa que han mandado a un pequeño niño a hacer la misión de según el un capitán por lo menos pues eso sería lo único que le atraparía…

-Te ha sorprendido mi técnica mocoso?- Se burla Henzil- no es una verdadera técnica de reducción, pero altera la percepción que tienes de los objetos, por eso pensaste que era pequeño estúpido niño jajajaj ahora quien se ríe- dice mientras hiere nuevamente a Huidow en una pierna… y este mientras se arrastra hacia una salida desesperado se arrastra por el suelo, la confianza de Henzil crece y se dispone a acabar de una vez con Huidow, pero de pronto no ve nada, siente en su nariz correr un liquido pero con horror se da cuenta que es sangre, se pregunta con espanto cuando le hirió sus ojos también parecen sangrar, pero no es otra cosa que una neblina de color rojo que se espesa en torno a Huidow comenzando a abarcar todos los espacios del pasillo donde se arrastro, de pronto pierde de vista a su captor y solo escucha su voz, trata de detectar su riatsu pero está en todos lados, en toda la extensión de la neblina siente el riatsu de Huidow por lo que no puede detectarlo, su visión ahora es inútil, da espadazos una y otra vez hacia el vacio esperando cortar al muchacho pero es inútil, este ya se encuentra de pie y listo para aprisionar a su enemigo, solo es escucha…

-Ikenie No Saidan!! tres pilares emergen desde las paredes veloces como rayos aplastando el cuerpo de Ivarov entre ellos, limitando su movimiento… -Que haces estúpido crio no ves que eres una marioneta más!!-dice el magullado Ivarov-La sociedad de Almas solo cuida de ella misma y eso nadie puede negarlo!! Ahora suéltame!!

La neblina de Huidow se retira y el aire se vuelve nuevamente puro. En ese momento envían una mariposa infernal comunicando que su misión ha terminado en un éxito pero que como siempre se encuentra herido, apenas sale la mariposa descubre que su prisionero ya no está y deshaciendo sus pilares opresores levanta nuevamente la neblina, pero eso no alcanza pues ahora la espada de Ivarov le ha atravesado el estomago, en un descuido cuando no lo estaba mirando uso nuevamente su técnica y se redujo aparentemente a tal punto que Huidoe creyó que había escapado, pero seguía entre los barrotes, los ojos de Huidow parecen abandonar este mundo y la espada se incrusta mas y mas y los labios de Ivarov quieren susurrar algo ininteligible, algo así como “muere iluso” o algo así, cuando la espada de Henzil se retira la sangre salta bañando su cuerpo… Huidow se toma la herida y casi cae pero se aferra a su oponente y con las manos ensangrentadas toma la cara del Ivarov y este con una sonrisa algo macabra lo patea lejos… pero Huidow abriendo los ojos y sentado apoyado a una muralla envuelto en sangre ve que su enemigo esta de igual forma y levantando la mano chasquea sus dedos…

-Te tengo… vivo o Muerto!! Chi Bakuhatsu!!- dice con un grito antes de desplomarse e Ivarov explota completamente debido a la técnica de Huidow que hace explotar su sangre y estando desprevenido cae de espaldas completamente derrotado…

Lo siguiente que recuerda el Shinigami es que está siendo llevado de urgencia de nuevo hacia el escuadrón número cuatro y levantando su mano al aire parece sentirse satisfecho, pero antes de que esta caiga un shinigami del escuadrón medico le dice que aguante y que falta poco momento en que recuerda las palabras que le dijo Ivarov y ahora si las recuerda bien y le dijo “Tu eres el recluso”… después perdió la conciencia

Nombre: Kisaragi
Puesto: Primera fracción
: Rango:4° espada

Me encontraba enormemente aburrida en medio de la inmensidad del hueco mundo, divagando acerca de que debería comer mi mente imaginaba bocadillos como un shinigami con una manzana acaramelada en la boca, e incluso llegaba a pensar en otros hollows atravesados con un tubo por sus costillas, como si de una brocheta se tratara. Mi boca abierta dejaba salir saliva en gran cantidad, mientras mis ojos brillaban como si en realidad los tuviese en frente. Una ilusión causada por un apetito atroz en una mente con una imaginación desbocada. Mientras andaba sonámbula, pues soñaba despierta, casi al borde de un barranco, el cual no superaba el metro de altura, una gota de saliva que desprendió de mi mentón cayo al pequeño vacio y fue entonces cuando hoy la voz chillona de lo que al parecer seria un pequeño hollow.

-¡Que asco!- exclamo este. –Baba de una babosa-

De inmediato me quede viéndole fijamente, apenas si me había dado cuenta del insulto en sus palabras, todo lo que podía ver era a dicho servido en un platillo con salsa picante a su alrededor. –Eres una delicia.- Mencione con voz ronronean te, mientras mi lengua se deslizaba suavemente sobre mis labios. No estaba totalmente en mis cabales, pero si lo hubiese estado habría visto habría visto la espantada expresión en el rostro de aquel pequeño hollow. Sin poder contener más mis instintos salte rápidamente sobre este, el cual hábilmente se escabullo de mis manos, dejándome el amargo sabor de haber sido vencida por la cena.

Seguí caminando por el solitario lugar esperando encontrar una buena alma para alimentar mi apetito, pero no hallaba nada, hasta llegar al punto en que perdiese mi paciencia. – ¡Se acabo!- dije. - ¡Tengo tanta hambre que comería una insípida alma humana!- dicho esto mi mano derecha se extendió hacia el aire rasgando en este para abrir una garganta; un portal que me llevaría directamente a karakura.

En karakura.
Era una esplendida noche en ciudad de karakura. Las estrellas del brillaban intensamente a la par con las luces en los grandes edificios. La noche aun era tierna, por lo cual podía verse una gran actividad en cuanto a personas y vehículos; los humanos preocupados por su economía, el que vestirían o comerían, quizás el maquillaje, o alguna otra vana vanidad en el vaivén de la vida; todos inocentes de lo que habría de acontecer, sin preocuparse o siquiera enterarse que este podría ser el ultimo día o noche de la existencia de alguno de ellos.
Desde los cielos, usando las partículas de reiatsu para posar mis pies, me encontraba contemplando el panorama como quien observa las charolas en un bufet; una pequeña y malcriada niña hambrienta, en un bufet en el cual servían solo verduras. Tarde un par de minutos en lograr encontrar alguien que valiese la pena, hasta que desde mi posición, logre divisar en un callejón solitario a un chico con un poder espiritual, según mi criterio, más o menos decente. Fue entonces cuando me deje ir en picada hacia este con el fin de tomar su alma. Este habría sido el final de aquel humano de no haber sido por la interrupción de tres shinigami, quienes se interpusieron en último momento, uno de ellos asestando un corte que chocaría con mi banda reguladora.

Esto era algo de esperarse. Lo mas lógico era que desde el mismo instante en que llegue al mundo real hubiese aparecido en el radar de los shinigami y estos fuesen enviados de inmediato a detenerme.
De no haber sido por mi hierro, lo más probable es que aquel corte me hubiese tasajeado la cabeza, enseguida mi brazo se lanzo hacia el, con la mano estirada, con la intención de enterrarla en su costado, pero este uso una velocidad sorpresiva para escapar de mi golpe y regresar junto a sus compañeros. Lentamente gire mi rostro hacia ellos, observando a un hombre de aspecto cuarentano, con una cicatriz en el rostro y cabeza rapada; un chico de mirada retadora y blanca sonrisa, con una gran cola de caballo; y una chica pelirroja de expresión contristada. Escasamente había visto sus características, pues me había interesado más por la intensidad de su reiatsu. Nuevamente había una expresión golosa en mi rostro mientras mis manos encogidas se acomodaban bajo mi mentón. –Golosinas... aahgggg-

Aquel de mayor edad, quien parecía ser el encargado de el equipo que frente a mi estaba, en un impulso por reflejo dejo salir desde su vientre hacia su garganta, una corriente de aire que al salir por su boca sonaría como una leve risa; enseguida avanzo unos pasos hacia el frente de sus compañeros, parándose de medio lado, de modo que le veía de perfil. –Soy el 3° oficial de la división 11, Faso Kagura.- dijo mientras tomaba la zampakuto que llevaba en su cintura, momento en que una gran onda de reiatsu salía de el. Fue entonces cuando supe que debía de comenzar a comportarme de acuerdo a la situación, una leve sonrisa de satisfacción apareció en mi rostro mientras mi mano derecha se deslizo hacia mi espalda con el fin de tomar mi espada. – Yo soy….- Apenas si había abierto mi boca cuando la voz de la chica shinigami interrumpió mis palabras.
-¡sabemos perfectamente quien eres, tú eres la hollow que asesino a Kurosawa Idate!- seguidamente empuño su espada y de forma impulsiva se dejo venir contra mi para atacarme. No hacia falta ser un experto para darse cuenta que en su furor aquella chica no prestaba mucha atención a su reiatsu y que lo que descargaba contra mi en cata golpe era su rabia, de modo que no tuviese que preocuparme por el filo de su hoja. Bastaba con mi actual hierro para usar mi antebrazo como escudo y luego u golpe frontal con mi pierna para hacerle retroceder, pero ella no había tenido suficiente con este resultado. Note que nuevamente vendría a por mí, así que pronuncie algunas palabras.

-Si lo que quieres es morir, por lo menos haz que valga la pena y libera tu shikai.-
La shinigami se paro en seco y en respuesta a mi voz dejo salir de sus labios una frase. –sube a lo alto de la montaña y….-
-¡Alto!- pronuncio en tono grave quien les lideraba y arrastrando la punta de su larga hoja vino caminando hacia mí. –Yo me hare cargo.-
Mi mano nuevamente regreso a mi espalda, tomando de ella la primera hoja, la cual blandí hacia el frente mientras se giraba sobre su empuñadura, separando las hojas desde la mitad, haciéndose un poco mas ancha. Sabía que ese no era un shinigami ordinario, y lo mejor seria mantener la guardia en alto desde el inicio. –Que interesante- menciono quien seria mi contrincante unos segundos antes de lanzar su primer corte contra mi, dando un salto en el aire, para dejar caer todo su peso con su golpe vertical, el cual rápidamente bloquee al usar mi arma en forma lateral, de modo que al chocar las hojas formasen una cruz. Juntando gran densidad espiritual en sus manos y pies, seguía impulsándose en el aire hacia mí aun después de haberle detenido, de forma que pronto me hizo retroceder, arrastrando mis pies sobre el asfalto, hasta ponerme contra la pared de uno de los edificios que circundaban el lugar. Teniéndome allí, literalmente entra la espada y la pared levanto su arma hacia atrás por una leve fracción de segundo y nuevamente la dejo caer sobre mi hoja con un fuerte golpe, para repetir su acción anterior y nuevamente golpear repetidas veces. -¡Venga! ¡Venga! ¡Venga! ¡Venga! ¡Venga!- Repetía de forma insaciable con una enorme sonrisa; el hombre parecía disfrutar de una buena pelea, y aunque hasta el instante no había hecho más que aparar sus golpes, parecía ser que esta pelea en su criterio era buena.
Por su puesto, yo también era una fanática al combate, aparentemente resistiendo hasta el momento con una expresión de desesperación, parecía ante los ojos de los otros dos shinigami que ya estaba vencida.

-Mírala- decía el chico- Se creía muy ruda y ahora el oficial kagura la tiene totalmente sumisa.- su compañera en cambio parecía disgustada y solo suelta un resoplido de sus labios.
Por un breve segundo mi mirada se desvió hacia ellos, con lo cual aquel al que me enfrentaba aprovecharía para dar un asertivo golpe que me aria tambalear. Rápidamente regrese mi concentración hacia mi oponente, y antes de que pudiese dar el siguiente golpe ya tenia una segunda pieza de mi arma en mi mano izquierda, de la cual dejaría salir una onda de corte hacia el. Este pudo divisar mi ataque enseguida, sin embargo estaba demasiado cerca para evadirle, de modo que al hacerse a un lado este le golpearía en su hombro derecho. Hubo un par de segundos de quietud; la expresión en su rostro había cambiado, llevando ahora el seño fruncido y su boca retorcida hacia un lado. La parte de su embestidura de shinigami que cubría su brazo callo enseguida al suelo, mientras en este se veía un pequeño rastro de sangre. Realmente era sorprendente la resistencia de este sujeto. Decir que había logrado un daño leve era herrado, porque para comenzar no podía considerar aquel pequeño rasguño un daño. Nuevamente la sonrisa regreso a mi rival mientras me dirigió algunas palabras.
-Veo que finalmente vas a ponerte seria-
-Hablas como si estuvieses muy seguro que no he mostrado todo mi poder- conteste.
-Es simple. Por débil que fuese mi ataque, el cual en realidad no lo era, nadie normal podría haber resistido usando una mano para sujetar el arma desde el mango. Eso habría hecho que te dislocases la muñeca.-
Tenía más que entendido que me enfrentaba con en esplendido guerrero. No podía evitar la excitación, que se veía reflejada en mis sonrojadas mejillas, maniática sonrisa y aquellos aros en mi iris que rodeaban mis pupilas. Mi mano empuñaba la segunda hoja por el hueco que esta tenia, de modo que esta apuntase hacia el shinigami; mis dedos se soltaron de esta dejándola girar sobre la base en mi índice, y nuevamente la sujete con fuerza, mientras mi brazo se flexionaba hacia el frente, de modo que ahora la punta se dirigía hacia el piso, y el filo del arma hacia el frente. De forma sincronizada a mis movimientos, el shinigami también se preparaba para dar todo de sí, empuñando su zampakuto con una mano, mientras que con la otra sujetaba la hoja. –Extiéndete sevaiper- menciono con voz leve y seseante; enseguida esta comenzó a estirarse y tomar forma de una muy larga cadena con púas, cuya punta tenía un aguijón negro. Detenidamente mis ojos observaron y el arma parecía serpentear a voluntad propia, aquel movimiento era hipnótico al punto que si apenas me di cuenta cuando la cadena había atravesad mi hombro derecho. Esta seguía en movimiento a través de mí, lastimándome gravemente, seguido sentí como esta comenzaba a girar hacia la izquierda, mi rostro volteo en del mismo lado para ver hacia atrás y contemple como el aguijón regresaba para golpearme por segunda vez. Mis pupilas se ex ancharon al máximo, dándome una visibilidad detallada sobre cada eslabón de la cadena viniendo a molerme. A duras penas mi mano derecha podía moverse, pero conseguí un movimiento vertical con el que enterraría las hojas separadas de la primera pieza en el concreto, atrapando allí la cadena de modo que no siguiese avanzando atreves de mi herida. Seguido en un acto de desesperación, extendí mi mano izquierda hacia quienes observaban y deje salir dos cortes con mi máximo poder, a lo cual mi oponente reacciono dejando su arma de lado para ir en su defensa atravesándose a mi ataque. El impacto de reiatsu fue monstruoso, levantando una gran cortina de humo. Los chicos observaban horrorizados aquel acontecimiento.

Lentamente el humo que encubría el resultado de las anteriores acciones fue desvaneciéndose, hasta dejarnos ver a aquel hombre allí parado, con sus brazos levantados para cubrir su rostro y torso. Su kimono había sido totalmente destrozado, y sangraba a chorros. Apenas se mantuvo unos segundos más en pie y se dejo ir de espaldas al suelo. Enseguida yo también me deje caer sobre mis rodillas, tosiendo sangre. La zampakuto del shinigami volvió a tomar su forma sellada, y entonces la saque de herida dejándola car al suelo y enseguida hice presión sobre mi hemorragia. Los otros dos shinigami empuñaron sus zampakuto dejándose venir hacia mí, pero de inmediato fueron detenidos por la voz de quien les lideraba.

-Alto…. Aun en su estado actual no son rivales para esa chica.-

La joven regreso su mirada llena de odio dejando escapar un gruñido. –Debo vengar a kurosawa.-
Mis ojos miraron directamente a los suyos, viéndolo no como quien reprocha, o como quien odia, le veía mas bien como quien comprende. –Cuando Kurosawa san vino a hacerme el entierro de de alma, su reiatsu atrajo una infinidad de hollows que se apoderaron de mi. El momento en que le mate no tenía control sobre mí misma.-
Dicho esto mi mano se extendió y abrió una garganta tras la cual desaparecí de sus ojos. Estaba segura que esta no era la última vez que le vería, por lo cual, en adelante estaría fortaleciéndome para el siguiente encuentro.

Nombre: Roat Kahaya
Facción: Primera Fracción.
Rango: 7°


Vida humana.

Historia narrada por la voz de Roat Kahaya

Como ave enjaulada, Así me sentía aun que dicho sentimiento no estaba presente o quizás lo estuvo pero jamas me di cuenta, Mi nombre es Roat Kahaya una joven de diecisiete años, tez clara, ojos purpuras, cabello corto y despeinado de una tonalidad morada o azulada los cuales contrastan con mis ojos complexión delgada con mis 1.60 de altura, si ,no soy muy alta aun que los tacones ayudan a veces, mi vestimenta es bastante formal pues al ser de familia rica debe serlo, siempre presentable suele decir mi padre aun que yo suelo agregarle mis gusto, como esas calcetas de doble color ,en fin. Yo vivo en en la parte baja de Japón en Shikoku en la Región de Kagawa. Una de las tantas islas que conforman a Japón, desde que tengo memoria siempre he vivido aquí, desde mi tatara abuelo hasta mi abuelo y mis padres, por ende Su única primogénita "Yo" una chica que esta por cumplir Dieciocho Años y a diferencia de hace tres años al menos pasaba mi cumpleaños con las personas que estaban a cargo de cuidarme: Niñeras y servidumbre. Saben que es lo mas extraño, aun que mi padre no quiere depender de la herencia de mi abuelo tiene una casa con sirvientes, mayordomos y incluso tengo maestros privados desde que tengo 5 años, Ahora solo me quedan los maestros que viene entre semana de ocho de la mañana a ocho de la noche a lo cual ya me acostumbre pero antes se me hacia bastante pesado, en fin, es semana de vacaciones en todas las escuelas pero como yo no asisto a ninguna ya que las clases son privadas en mi misma casa no tenia derecho a dicho receso pero después de suplicarle a mis padres vía telefónica que me dieran ami también estas vacaciones logre que los maestros no vinieran esta semana, el fin de semana es mi cumpleaños el 7 De febrero, para el sábado cumpliré ya dieciocho años[...]Años que eh permanecido siempre aquí, jamas salgo, bueno a vez cuando me dejan salir los maestros al jardín pues como mencione, los estudios absorben la mayoría de mi día y así es todos los demás días, pero esta semana sera diferente al menos eso espero pues aun que no vengan los maestros seguro que mis padres harán hasta lo imposible para mantenerme dentro de la casa Y no dejarme salir pues como ellos dicen "¿Para que quieres salir si aquí lo tienes todo?" Lo cual no diré que sea mentira, la casa consta de dos pisos pero es de un Terreno bastante amplia, 100x150 metros cuadrados en dicho terreno se encuentra dividido la casa Y los jardines delanteros Y traeros, una alberca la cual esta en el jardín trasero junto con el estanque de peses , el frente de la casa solo es el jardín Y el camino que lleva a la entrada, esto si, la casa esta rodeada por un enorme muro echo de ladrillo rojizo que a mi parecer es como una muralla Y después de ella una enorme avenida , solo esa muralla se interpone entre yo Y mi libertad. Los jardines son los típicos con estilo japoneses o al menos el de atrás tiene ese estilo, al abrir la puerta trasera se puede ver un enorme estanque donde hay varias carpas Y peses Koi nadando sin preocupan alguna , estos varían en sus colores unos son naranjas otros rojizos Y unos mas conminados con manchas negras Y blancas, para pasar el estanque hay un puente el cual lleva a el otro extremo del jardín, todo el jardín tanto le trasero como delantero tiene un pasto sumamente verde , este tiene varios arboles Bonsai y mas al fondo hay una alberca pequeña pero bastante profunda. La casa interiormente posee pisos de madera Y puertas corredizas, al ser de dos pisos tiene muchas habitaciones ocho dormitorios, cuatro baños una sala Y comedor enorme, una cocina que pareciera restaurante Y habitaciones recreativas a las cuales solo puedo acceder dos horas durante el fin de semana, sin duda me tienen muy controlada pues mi padre espera que sea una gran empresaria,aun que me queje jamas me hacen caso pues con ellos solo puedo hablar por teléfono, celular o por vídeo llamada lo cual no sirve mucho sus llamadas suelen ser a lo mucho de cinco minutos ya que se la viven viajando y nuca están en casa, triste bastante triste pero al menos me queda el consuelo de saber que donde vivo ahora fue la casa de mi abuelo al cual admiro mucho por lo poco que me ha contado mi padre , así es todo esto es herencia de mi abuelo al cual jamas conocí o bueno si pero solo lo vi una vez cuando era muy pero muy pequeña pues cuando yo nací el estaba enfermo Y estaba muriendo, mi madre dice que solo me sostuvo unos minutos en sus brazo y comenzó a cantar y después que al finalizar esa pequeña tonada que solo cuenta con un párrafo murió, mi padre dice que solo estaba esperando a verme para poder irse en paz fuera lo que fuera solo le conozco en fotos y el único regalo que tengo de el es esa sombrilla, es vieja y en lo personal aborrezco el color, si para mi mala suerte es de mi color favorito[Sarcasmo] Rosa, pero por una extraña razón no la eh dejado arrumbada le tengo mucho aprecio Y la llevo a todos lados, claro lados de la casa puesto que no puedo salir pero ya estoy decidida este fin de semana saldré, sera la primera vez pero lo haré ya fueron muchos Años en encierro, ya no aguanto mas, ya quiero que sea Sábado.
La semana trascurrió como de costumbre, aun que eran mis vacaciones ya tengo le habito de levantarme muy temprano pero al menos tengo todo el día para mi, aunque del lunes al viernes fue igual, levantarme, hacer mi cama, ducharme, desayunar y recorrer toda la casa en busca de que hacer, jugué todos los juegos de mesa que tenia, leí los libros que jamas concluí, me la pase varias horas mirando todo el repertorio de películas, alimente a los peces, nade por horas hasta que mi piel se comenzó a arrugar, hice todo lo que no había podido hacer por los estudios pero aun así me sentía vacía de todas formas ya es viernes en al noche, mañana, mañana sera el día por fin mañana haré lo que siempre eh querido hacer, Salir.
Viernes en la noche, esa noche ni siquiera pude conciliar el sueño así que me puse a leer revistas de los paisajes de Shikoku, solo los conocía por revistas o fotografías eran hermosos y serian mas hermosos verlos con mis propios ojos , seguí leyendo hasta dormirme y ni siquiera la alarma pudo con mi profundo sueño fue hasta que el clima me despertó, siendo temporadas de lluvia escuche las gotas golpear el techo y ventanas de la casa, abrí mis ojos deslizándome lentamente entre las sabanas y el monto de revistas que había leído la noche pasada, Aun estaba adormilada pues me costo unos minutos después reaccionar y recordar el día que era hoy, corrí hacia el calendario para verificar que no estaba en un error " Sábado 7 De febrero" al ver eso sonreí pues no pude evitarlo y rápidamente corrí asía el baño para prepararme. Tarde 30 minutos para estar completamente lista, mi vestimenta era la ropa que mas me gustaba una blusa blanca de cuello y mangas largas con adorno una corbata roja, mayas largas bicolor, falda corta negra tableada, zapatos negros con una plataforma que al menos me daba unos 3 o 4 cm de altura Y mi sombrilla, así por fin estaba lista siendo las 11 am en punto,nunca me había levantado tan tarde, me disponía a salir cuando el teléfono sonó, no me preocupe mucho ya que estaba segura de que eran mis padres, así que con calma fui a contestar la llamada y efectivamente eran ellos pero para mi asombro esas llamadas que solían ser de tan solo cinco minutos se convirtieron en tres horas, las tres horas mas largas de mi vida, primeramente me me felicitaron e hicieron que les platicara todo lo que había echo en esta semana y si no fuera por que un rayo pego la poste telefónico y corto la llamada seguramente me hubiera quedado ahí tres horas mas. Ya eran las dos de la tarde, mi día se había ido por no levantarme ala hora y por esa llamada pero aun tenia unas cuantas horas, eso pensé pues la lluvia se había convertido en tromba, parecía casi diluvio, no me podía estar pasando ami ¿Por que precisamente este día? contemplando desde la ventana como le cielo se caía esperaba con sombrilla en mano a que dejara de llover o que por lo menos se calmara el caer del agua, los truenos acompañaban aquella caída de gotas tan estrepitosas, el aire azotaba de un lado a otro los arboles del jardín, eso no era una lluvia normal, parecía que un huracán se formaría en medio del jardín de enfrente, paso una hora mas y nada, después de hora y media me quede dormida en la orilla de la ventana, aun que la lluvia era fuerte el sonido comienzos a arrullarme y sucumbí ante el sueño y así me quede dos horas mas dormida y desperté hasta las 5:30 pm, ya era muy tarde peor al menos ya no llovía tanto, solo estaba chispeando y el aire dejo de correr como lo hacia con anterioridad, sin mas tome mi suéter negro y la sombrilla y salí pasando el pateo el olor a pasto mojado estaba presente y el clima era húmedo y muy fresco al acercarme con gran entusiasmo a la puerta me disponía a salir pero otro contratiempo,me habían cerrado con llave la puerta y quienes tiene dicha llave son solo los maestros un sentimiento de impotencia invadió mi ser sentía como un nudo en la garganta estaba muy molesta eso no podía ser justo, ya ni los animales son tan represivos ,sujetada de los barrotes de la puerta principal me quede ahí parada sintiendo las gotas golpear mi cabeza y ropa pues no estaba utilizando la sombrilla, un sollozo intento salir de mi boca pero no lo permití, estaba frustrada tenia sin duda ganas de llorar pero siempre se me había prohibido hacer y por ello así quiera no podía, así me muriera de ganas, simplemente no podía, tarde unos minutos afuera quizás mas pues el cielo se había obscurecido y en medio de aquel sentimiento de tristeza eleve la mirada y vi lo que siempre observaba cada mañana al levantarme, es amuralla.. esa pared, la causante y la única que me impide no ser libre.
Con gran rabia apreté la sombrilla y me aleje de la puerta corriendo a donde estaba el muro busque la parte menos alta y me dispuse a brincar, tarde mucho tiempo mas ahí pues intente de varias formas lograr saltar la barda pero mi estatura no ayudaba, el suelo y pared mojada por la lluvia no estaba a mi favor así que después de casi 70 intentos lo logre, sostuve la parte superior de la pared con mis manos y sujetando la sombrilla con la boca logre jalar mi cuerpo asía arriba, mirando asía todos lados pude ver por fin como era la calle donde vivía, había una enorme avenida y del otro lado era el cruzar de un rió, no había casa sal rededor de la mía si no hasta mas lejos y, de pronto en medio de la admiración de la vista, con el muro mojado mi mano se movió desequilibran dome haciéndome caer asía en medio de la avenida , caí de aproximadamente tres metros y medio, todo mi peso contra el brazo y pie derecho, al impactarse mi cuerpo desde dicha altura fue inevitable que se me rompiera el brazo y fracturara el pie derecho, no sentí mucho dolor o quizás no tuve el tiempo de sentirlo pues casi de inmediato que caí cuando intentaba ponerme de pie una luz me deslumbro impidiendo mi vista y después un sonido fuerte fue lo ultimo que escuche, ene se momento en ese instante en el que caía, justamente paso u enorme camión de carga el cual por mas que quiso frenar, el pavimento mojado no se lo permitió y me arrollo.
Morí, ene se momento morí al menos físicamente por que espiritualmente ya había muerto desde hace mucho. Después de que me arrollo desperté, llegue a creer que seguía viva pero no era así, ya solo contemplaba mi cuerpo el cual era llevado por una ambulancia, despeas de ello jamas supe si mis padres fueron avisados de lo ocurrido, permanecí mucho tiempo vagando por el mundo humano, tratando de encontrar el lugar a donde había llevado mi cuerpo pero al no conocer la ciudad termine perdida, llena de odio, tristeza y rencor mi alma fue corrompida y así me convertí en un monstruo el cual se alimentaba ahora de las almas de humanos, aun que yo decidía que almas devorar con el pasar del tiempo me convertía lo que llaman Hollow,esa ya no era mi apariencia aun que tenia algo de cordura y control sobre mi misma, esa quizás ya no era yo pero al menos ya era libre.. libre de recorrer todo japón si a si lo deseaba. Tuve que morir para conseguir mi libertad, oh al menos el tiempo que me duro, pues al estar libre por el mundo, como un demonio, era de esperarse que algo iba a ocurrir y en medio de varios acontecimientos, nuevamente fui llevada al borde de la muerte por un sujeto de vestimenta negra, cuando este estaba por irse , quizás me creyó muerta pues cuando se iba abriendo una especie de puerta en el aire, el instinto me hizo moverme y lanzarme asía ella y después con la poca energía que tenia eleve el brazo rasgando en el aire estando dentro de dicha dimensión, otra luz apareció y esta me trago llevándome a un mundo solitario en donde solo abundaba arena, el mismo instinto me hizo sentir la necesidad de quitarme esa enorme mascara blanca la cual al parecer era de hueso que cuando logre sacarla regrese a asimilar mi forma humana, al menos ya no me veía como un monstruo, ya me veía mas humana, pero había un hueco enorme en mi abdomen lo extraño es que no dolía, sin mas fuerzas me desplome sobre la arena y así termine aquí, en otro mundo, sola pero una parte en mi interior por fin se sentía libre, mas libre que cuando estaba como un ama y después como un monstruo. Voz entre-quebrada y agitada- ¿E-esta..es...A-asi... se siente... La Liber..tad..? -sus ojos se cerraron impidiéndole que se moviera pues había perdido la conciencia.

Nombre: Kurasi Trafalgar
Puesto al que opto: Teniente
Escuadrón: 8º

Solo un sonido rompía la calma de aquel tranquilo y bello paisaje que comtemplaba desde lo alto del acantilado en el distrito 73 del Rukongai; solo un sonido perturbaba la paz de aquel día; un sonido que provocaba ecos entre los árboles cercanos y que me alertó de que aquella idílica visión no era otra cosa que la más peligrosa de las trampas.
-Oye Trafalgar, despierta maldita sea. ¿Me oyes?, despierta.
Ese sonido era mi nombre, alguien gritaba mi nombre desesperadamente aunque no conseguía identificar de quien se trataba.
``No lo entiendo, ¿quién me llama?, ¿y desde dónde?
De pronto un estallido de dolor en mi pierna izquierda me hizo despertar de golpe. -¡Ahh! ¿Qué diablos pasa?- dije en cuanto vi como Hidan, mi compañero y mejor amigo de la academia shinigami sujetaba la daga clavada en mi muslo izquierdo. En ese omento lo recordé todo.
Hidan y yo habíamos salido en una de nuestras habituales excursiones de supervivencia. Era un entrenamiento que nos imponíamos nosotros mismos en el que intentábamos sobrevivir durante varios días en lo profundo del bosque. Sin comida, sin agua, solo con una pequeña daga cada uno y nuestra voluntad por hacernos más fuertes. Al segundo día, mientras yo iba a por agua oí ruidos de pelea en nuestro improvisado campamento; un Hollow, ``Tenía que aparecer justo ahora´´- pensé mientras sacaba mi daga y me lanzaba contra el Hollow justo antes de que atravesara a Hidan con sus garras. Hundí mi daga en su costado lo más profundo que pude. La criatura emitió un grito terrorífico y cargó contra mi con todas sus fuerzas, me embistió y me lanzó contra un árbol que se rompió por el impacto e hizo que me llovieran hojas, ramas partidas e incluso un pequeño pájaro recién nacido que esperaba a su madre en el nido.
Entonces vi como Hidan volaba por los aires como consecuencia de un coletazo del Hollow. Intenté levantarme en vano y noté como brotaba sangre de mi nuca. ``Ahora si que tenemos problemas´´-pensé mientras buscaba mi daga entre los restos del árbol caído. No la encontré, agarré una rama y la use como apoyo para ponerme en pie, cogí una piedra y la bateé tan fuerte como puede hacia la cabeza del Hollow. Este rugió y me miró fijamente a los ojos.
Eso era lo último que recordaba del mundo real. Un segundo después estaba en el claro de un bosque en lo alto de un acantalidado contemplando el horizonte. Un paisaje tan bello como imaginario.
Una ilusión, eso era. El Hollow me hipnotizó, o algo por el estilo, para mantenerme fuera de combate mientras combatía con mi compañero. El puñal que Hidan clavó en mi muslo con las últimas fuerzas que le quedaban me hizo despertar del sueño.
-Me las pagarás, desgraciado.- dije enfurecido. Saqué la daga de mi pierna, lancé lejos la rama rota y me avalancé sobre la criatura con un grito de furia en mis labios.
El Hollow lanzó un golpe con sus garras que esquivé agachándome. Entonces solté una estocada justo bajo su brazo y lo golpeé en la cabeza. A pesar de todo, sabía perfectamente que no podría derrotarlo solo con una daga pero confiaba en poder huir de él. Por desgracia no sería fácil. Se levantó y me lanzó un revés que me hizo volar.
Estaba agotado, apenas me quedaban fuerzas y el Hollow se acercaba.
-¡¡¡Estás muerto shinigami!!!-vociferó el Hollow. Luego descargó sus garras sobre mi y yo aproveché para sujetarle el brazo impidiéndole moverse. Hendí la daga en su ojo derecho y se retorció de dolor. En ese momento reuní las pocas fuerzas que me quedaban, y eché a correr dispuesto a recoger a mi compañero y salir corriendo cuando me di cuenta de que no estaba. Hidan había desaparecido sin que me diese cuenta.
El Hollow, medio ciego, volvió a la carga e intentó golpearme de nuevo. Esquivé el primer golpe por los pelos saltando hacia la izquierda. La pierna herida me falló y perdí apoyo cayendo al suelo y justo cuando veia como unas garras negras y afiladadas se acercaban a mi rostro con intenciones asesinas, apareció Hidan con nuestras Zampakutous y cortó la mano del mostruo.
-Otra vez tengo que salvarte el cuello, eh Trafalgar?..
Me pasó mi Zampakutou y la agarré con un rápido movimiento. Me alejé con una ágil voltereta y lanzé mi ataque. ¡¡¡Hikari jigoku no tokihanata!!!
Al instante una decena de rayos de luz impactaron en la cabeza del Hollow provocando una enorme explosión cegadora que arrasó los árboles cercanos.
En ese momento, sin tener tiempo siquiera de comprobar si había derrotado a mi enemigo, me desmayé a causa del agotamiento.
Lo siguiente que recuerdo después de esos sucesos es despertarme en una cama del cuartel general de mi división completamente vendado y dolorido. ``Vaya, parece que al final si he ganado´´- pensé para mi mismo mientras respiraba aliviado y volvía a cerrar los ojos.

¿Saben…? No conocen el infierno hasta que no han vivido en él. Hasta que su fuego abrasador arrasa con tu piel, hasta que desgarra tus dedos y alega dejarlos al rojo vivo, rojo sangre. Rojo diamante. Donde yo vivía las ilusiones corrían tras el balón de cuero de cabra curtido y rellenado de algodón y piedras  muy pequeñas, también de arena. De sueños… Donde yo vivía el sol jamás se ponía, era eterno  y el tiempo pasaba tan lento que si no hubiese ido a la escuela el día duraría todo un año. El infierno también tenía aguas claras saladas y aguas oscuras del color del humo, de los tejados de chapa y el color del barro. Muchas veces le pregunté a mi madre cómo eran capaces de ver los peces bajo esa agua y ella respondía: “Es su instinto, ver para vivir” Sin embargo nunca entendí que cuando ella se enojaba conmigo dijese que veía mucha agua en mis ojos. Y el agua no era buena, provocaba guerras…


Mi infierno tenía vegetación pero era explotado por las cabras y las vacas que pastaban libremente para abastecer sus ubres de leche y así hacer queso y alimentar a los niños más pequeños que habían nacido ese año, el sol calentaba las piedras y casi podía cocinarse sobre ellas, los filetes de ternera a la brasa sobre las piedras con algún que otro bichito, el olor del aceite y las tortas, el plátano y las almendras.  Mi infierno era tierra y barro, quemaba pero las plantas de los pies estaban acostumbradas a sus calles de arcilla, a la sequía y al trabajo agrícola y el cielo era tan azul, era el infinito océano, casi podías tocarlo con las puntas de los dedos si levantabas los brazos hacia arriba.  Mi infierno además de sol era color, el color de las compras se teñían de las cosechas recogidas, el dulce sabor del colorido y grande tomate, las patatas recolectadas, las grandes sandías y calabazas que se cultivaban en zonas privadas por explotaciones agrarias extranjeras, la carne fresca y las curiosas moscas revoloteando alrededor. Las calles de arena bullían de personas que intercambiaban los alimentos sobrados por otros y los animales y sus productos por otros nuevos, tenía un peculiar sabor el dulce de esas calles repletas, se oían los gritos de los tenderos que ofrecían sus productos a cambio de otros, el sonido del tambor, las personas negociando. Y los alegres vestidos que tejían característicamente cada prenda de esa gente.  Se hablaban tantos idiomas en el mercado de donde vivía, los balidos de las ovejas adormecían a los niños acurrucados en los pechos de sus madres, el tránsito de personas siempre era visible  a todas horas, podía verse incluso desde la ventana de arcilla de mi casa.
 

Cuando  había turistas las calles se llenaban de mujeres que salían fuera de las casas a ver y criticar como eran los hombres exploradores, no eran tan altos como nosotros y los niños que jugaban con el balón se acercaban a ellos como si pudieran tocar algo diferente, como si un halo de luz incorporase esa piel tan clara que poco a poco iba tornando la piel de un langosta y es que ¡Hacía tanto calor y tanta luz que ni siquiera las sombras de los árboles eran angostos! Un día llegaron muchos extranjeros, y ese día comenzó la ira del infierno que hasta entonces había conocido, mi madre siempre me explicó que ellos venían a ver qué más podían sacar de nosotros, que alejados del mundo somos tan sonados para ellos. Que a nadie le importaba nuestra situación si no era por explotar los recursos que poseíamos y que por entonces yo no entendía que quería decir con eso, no entendía por qué mi padre salía tan temprano en la noche oscura para ir a trabajar, y no entendía el llanto de mi madre, ni sabía dónde habían ido mis hermanos, ni siquiera los conocí. A la edad de mis 12 años todo había dejado de tener color y casi puedo recordar que todo lo que viví se sumió en un sueño denso que ocupaba las pesadillas de mi madre que lloraba y tenía que acallarse mordiendo la esterilla. Al día siguiente fue mi padre quien ordenó a mí y a mi madre que nos marchásemos de Sierra Leona, que huyésemos de Freetown porque los extranjeros eran iguales que nosotros y arrasaban con las aldeas, quemaban niños y mataban embarazadas. Pero… Fue demasiado tarde.


Un caluroso día de septiembre mientras recogía agua  en un aparato que usaban las demás mujeres, sacudiendo dicho instrumento para recoger las piedras que había en el fondo del río que cruzaba nuestra aldea, una  y otra vez se sacudía, se apartaban las piedras feas y volvía a sumergirse en el agua en busca de algo que ofrecer, mi padre siempre había estado conmigo, vigilándome, no le gustaban esos hombres que siempre estaban encima de nosotros, yo lo veía entretenido, me gustaba el agua, me gustaba estar con mi padre y cuando tenía ocasión le preguntaba que para qué era y él solo asentía con la cabeza unas dos o tres veces. Los niños que jugaban con el balón de piel de cabra habían dejado de jugar para apuntar con armas a las personas que  explotaban y de vez en cuando el sonido del látigo sobre la espalda y el chillido de algún pobre hombre endurecía el rostro de mi padre hasta volverse oscuro y tenebroso yo solo aferraba los bordes de ese aparato y recitaba para mis adentros los poemas que cantaba mi madre. Todos los días eran iguales, todos los días nos levantábamos a sacudir esos aparatos en busca de diamantes. Relucientes, llenos del sudor de nuestro pueblo, llenos de vida, de energía agotada en las sacudidas. Llenos de lágrimas y súplicas, atormentados por el cañón del rifle que asolaba nuestras nucas bajo el imponente Sol.

~Del rukongai al Seiritei~

Recien comenzaba a despertar, sentia su cuerpo pesado y una tremenda imposibilidad de moverse, como si su conciencia estuviera despierta pero su cuerpo aun durmiera, que sensacion mas extraña y desagradable,  se sentia en una especie de letargo del cual comenzaba a despertar, poco a poco sus musculos reaccionaron, comenzando por las piernas acomodandose con tranquilidad, seguido por los brazos que se movian buscando donde afiansarse, el cuello haciendo girar un poco la cabeza para orientarse y dejar aun lado el mareo y por ultimo la cara, los labios se abrieron y cerraron, mientras la lengua  saboreaba todo a su  paso,  dientes mejillas, boca y labios, reconociendo todos esos lugares como propios y sintiendo un regusto amargo en la boca, la nariz absorvia el aire con gula y avaricia, llegando incluso a sofocarla un poco por la rapidez con la que lo hacia, pero terminando por tranquilisarse poco a poco,  finalmente  levanto sus parpados con lentitud dejando a la vista sus ojos violetas.

Poco a poco puso sus manos como apoyo en el suelo y uso sus brazos como palanca para poder sentarse, movio su cabeza desorientada intentando ubicar donde se encontraba,  evidentemente ya no era su casa, este era un espacio abierto  y estaba desprovisto de construcciones lujosas como las que acostumbraba, habían arboles y naturaleza amable por el lugar, de hecho ella estaba ubicada en un pastisal pequeño en las afueras del rukongai, no muy lejos de alli comenzaban unas casitas modestas construidas en madera,  el dia estaba despejado y hermoso y todo parecia muy tranquilo, pero ella desafortunadamente eso no lo podia apreciar,  en un afan por seguir reconociendo todo, se miro y estaba vestida aun con el Kimono que llevaba puesto cuando atendio a su padre, un fino Kimono de seda negro con flores de cerezo bordadas como adorno, descalza y con su cabello suelto callendo como cascada sobre sus hombros y espalda.

Solto un suspiro y analizo todo lo que sabia hasta ahora, acaricio el Kimono y como si esto fuera mas que una simple tela comenzo a recordar todo, las cosas mas importantes de su vida como humana, la muerte de su madre, la muerte de su padre y finalmente su propia muerte, aquel Shinigami y el famoso "Entierro de almas", el lo habia hecho con ella, habia visto un sello extraño en la parte superior del mango de su katana, este sello choco con su frente y lo que recordaba despues de eso es haberse despertado aca, eso era todo lo que sabia, chasqueo la lengua  y  se movio rapidamente para levantarse, usando sus manos  y pies como apoyo, se sacudio el kimono con aparente tranquilidad y pereza  y comenzo a caminar hacia las pequeñas casitas, tal vez encontrara alguien que la ayudara a  ubicarse mas.

Entro caminando a donde estaban las casitas, mirando todo lo que se cruzaba en su camino muy curiosa, pasar de estar en un mundo lleno de lujos y cuidados a estar en un pueblo de casitas humildes, que cambio mas drastico y extraño,  se rio con suavidad  y nego levemente con la cabeza mientras seguia dando pasos elegantes internandose en ese nuevo mundo,  entretenida con todo lo que veia, algunas casitas con puertas abiertas le mostraba la forma humilde de vivir, entre otras cosas, tan encantada y entretenida estaba viendo aquel lugar que no se habia dado cuenta como un par de chicos se le habian acercado por detras, solo sintio como cada uno la tomaba de la cintura y se le posicionaba a cada lado, comenzando a insinuarsele.

Vaya, no puedo entender como una chica tan preciosa como tu este tan sola en este lugar, no lo crees Rai?.

Completamente de acuerdo contigo Gotton, a una preciosidad como esta cualquiera querria hacerle daño.

Las palabras de aquellos hombres internamente solo pudieron producirle asco y risa, aun recordaba como defenderse, toda su vida humana entrenando no seria en vano para un momento como este,  pero no queria ser tan obvia asi que reprimio la carcajada y actuo con total inocencia ante estos chicos, como si en su despiste no se hubiera dado cuenta de sus negras intenciones para con ella, claro estaba en un lugar humilde y de escaso dienero e influencias aparentemente, este lugar esporitual no deberia ser tan diferente al mundo humano, puso los ojos en blanco sin que los tipos se dieran cuenta y fingiendo completa timidez les dijo.

Muchas gracias por sus alagos chicos.. Yo.. etto..  hay que verguenza..

Sonrio para sus adentros con semejante actuacion, los chicos aun mas felices que antes se apegaron mas a ella y su cara parecia un poema completo, estaban emocionados, parecian haber descubierto algo importante,  la gente de las pequeñas casas que salian la veian sorprendida y con algo de compasion, como si supieran que algo malo querian hacerle,  mas sin embargo no se movian a ayudarla, si de verdad fuera inocente y no supiera defenderse, estaria de veras perdida en este lugar, no habia autoridades ni mucho menos que la auxiliaran, por lo que al parecer le tocaria a ella sola esta vez y eso solo la emocionaba mas, adoraba pelear, era una de sus grandes pasiones cuando humana y ahora lo era aun mas.

Oh! Pero que dulce chica... Vamos Rai tenemos que ayudar a esta pequeña, porque sabes..Este Kimono parece caro...

Oh Gotton pero solo el Kimono? Este cuerpo es espectacular, podemos divertirnos un rato con ella...

Ambos se hecharon a reir y la agarraron con fuerza para llevarsela del lugar  mientras intentaban soltarle el kimono desatando primero el obi, al ver actuando completamente en contra de la reaccion normal de una chica timida como se habia mostrado, solto por fin una gran carcajada  y aprovechando el pesimo agarre de sus "captores" se escapo de sus brazos  dejando en las manos de ellos el obi de su kimono, el cual se abrio ante el movimiento brusco que ella provoco,  se giro para mirarlos directamente a la cara y se puso en guardia mientras les decia.

Estan muy equivocados si creen que por ser mujer soy indefensa idiotas.. Atrevanze a intentar tocarme..

Sonrio con burla mientras decia eso  intentando provocar a los tipos,  cosa que surtio efecto ya que ambos corrieron hacia ella con el puño levantado, al ver eso su sonrisa se amplio y simplemente salto cuando los tenia cerca, apoyo sus manos en los hombros de cada uno de ellos y las uso como palanca para poder  levantar su cuerpo en el aire y cambiarlo de lado, quedando detras de ellos justo como lo esperaba con las piernas flexionadas, se termino de agachar poniendose  en cuclicas , entonces dejo su pierna izquierda de apoyo y saco su pierna derecha para entonces hacer un giro de 180 grados e intentar tumbar a los tipos en cuestion, mientras pensaba.

"Que idiotez, estos pendejos ni saben pelear bien."

Puso los ojos en blanco y se puso de pie, mientras los escuchaba quejarse en el suelo desde su pocision,  nego levemente con la cabeza y se giro de medio lado para mirarlos  sin ningun tipo de intencion de quedarse por mas tiempo  en aquel lugar ni escuchar las sandeces que cualquiera de ellos tuviera que decir, buscaria a un shinigami y le hablaria, seguro ellos podrian ayudarla a  encontrar su camino y a no estar metida en semejante lugar, solto un bufido y de nueva cuenta emprendio la caminata,  siendo seguida sin falta por los tipos que antes habian insinuado querer violarla y robarle sus pertenencias, que por cierto aun no recuperaba su obi, suspiro con fastidio y se detuvo para escuchar como los tipos corrian hacia ella  y le gritaban.

Chiquilla desgraciada! Ya veras como te hacemos pagar esta falta de respeto.

Deberias de saber que muejeres como tu no se deben meter con hombres.

Eso habia sido la gota que rebozo la copa de su paciencia con esos inutiles, la habian hecho molestar lo suficiente como para desear matarlos y eso les iba a resultar caro, sonrio de medio lado de forma sadica y se dio la vuelta para verlos directamente,  ellos casi llegaron a ella cuando  de pronto sin mas ni mas ella salto dando unas vueltas en el aire en forma de bolita para soltarse lentamente  comenzando por las piernas las cuales dirigio directamente a sus nucas, haciendolos caer nuevamente de cara contra el piso,  logrando esta vez partirles la nariz a ambos por el impacto contra el suelo y les dijo con voz alta y clara.

Les dije que no se metieran conmigo par de idiotas, pero parece que no entienden...

Dio un paso y volvio a saltar soltando todo su peso sobre la espalda de los tipos  y continuo diciendoles.

Una mujer les esta partiendo el trasero por cierto... Y eso que  pensaba que mujeres como yo no deberiamos meternos con ustedes...

Puso los ojos en blanco y se bajo de la espalda de los tipos para ir a coger su obi y ponerselo, no planeaba andar encuera por todo aquel lugar,  mientras sus manos expertas se ocupaban de eso un par de shinigamis llegaban a la escena,  se ocupo de ignorarlos mientras escuchaba perfectamente como el par de idiotaz con los que habia estado peleando decian que ella los habia agredido fuertemente y ellos no le habian hecho nada,  puso los ojos en blanco  y se giro para encarar a los que hablaban, llevandose la sorpresa de que el habia sido el que la mando para este lugar tiempo antes, trago en seco y con voz suave y tranquila les dijo.

Si no lo hacia este par me hubieran hecho sabra Dios quien sabe que cosas...

El par de shinigamis solo sonrieron y se le acercaron para decirle  con una gran y amable sonrisa.

Este tipo de cosas son normales aca, nosotros venimos precisamente a buscarte, desde hace tiempo queremos reclutarte en la sociedad shinigami, acompañanos al Seiritei y te explicaremos mejor las cosas.

Vamos Taisho-San, no te haremos nada... Confia en mi.

Sonrio un poco al ultimo que hablo, el habia sido el que la habia ayudado cuando humana y ahora la estaba llevando a ser Shinigami, eso era posible? , sacudio la cabeza para despejar su mente y se acerco a ellos  asintiendo para luego decirles con tranquilidad, miro de reojo a los tipos con los que habia peleado que la miraban molestos y a algunos aldeanos curiosos que se habian acercado a mirar la situacion, suspiro   y amplio su sonrisa a los shinigamis.

Los acompañare entonces...Hay que caminar mucho? Me da flojera..

Tumbado debajo de un árbol, custodiado por su sombra y protegido con ella del sol, Alphonse medita tranquilamente. Hay una leve brisa que mueve de vez en cuando el pelo de Alphonse, pero no le molesta, bueno, más bien no se entera, porque le molesta bastante tener el flequillo en medio de la cara. Está inmerso en su mundo interior, inconsciente de lo que pasa a su alrededor en el mundo físico.

-Oye, Ko, ¿no te aburres aquí dentro?- Pregunta Alphonse, mirando sentado el extenso lago que se encuentra delante de la casa de su Zanpakuto, Fuwatari no Hikari. La razón por la que le llama Ko y no Fuwatari no Hikari (o algún diminutivo de ésta) es que cuando no se trata de invocarle, debido a la confianza que tienen entre ellos, pues Alphonse le empezó a llamar por un mote que también significa “luz”.
Fuwatari, quien también se encuentra mirando el lago de cristal allí sentado, contesta con una tono mónotono. -Sí, por lo menos cuando no estoy atento a lo que te pasa a ti.- Normalmente habla así, irónicamente (por estar hecho de luz y tal), con un tono de voz algo apagado, depresivo. Al se ha acostumbrado tanto a su voz que distingue perfectamente cuando de verdad está triste y cuando está en un estado de ánimo normal. Por lo contrario, pocas veces a escuchado o visto signos de felicidad o alegría en su zanpakuto. Excepto en que ambos son serios cuando no hay nada que cambie ese estado de ánimo, Alph suele ser una persona bastante alegre.

-Ah, bueno, ¿qué te parece un entrenamiento para quitarte el aburrimiento? No me puedes decir que no estás aburrido, llevamos aquí más de una hora sin decir nada.- Propone, mirando con entusiasmo a su intangible amigo, quien, como siempre, no parece para nada conforme con esa idea. -Venga, que hace mucho que no luchamos. ¡Qué tengo que mejorar!- Replica, tirando una roca de cristal hacia él, aunque siendo incorpóreo, le atraviesa sin causar más que una cara de molestia en el rostro de Fuwatari. -Dos horas no es hace mucho. Además, ya te he dicho que el descanso también es importante; te da tiempo para pensar en lo que has aprendido.- Responde a la vez que se levanta para dirigirse hacia su casa.
Alphonse no deja por zanjado el tema pero, conociendo a su espada como si de él mismo se tratase, sabe que hacer. -Si insistes. En fin, me voy, nos vemos. Dice con un tono desinteresado, tumbándose y cerrando los ojos antes de despertar en la Sociedad de Almas.

Abre los ojos y ve a lo lejos las barricadas de su escuadrón. Ahora mismo se encuentra detrás de los edificios del 9º escuadrón en una zona de árboles al pie del gran monte donde realizan ejecuciones. Bosteza y se levanta mientras cuenta mentalmente. Pocos segundos después se materealiza Fuwatari no Hikari, delante de Alphonse con la espada desenvainada, recubierto de cristal para ser algo tangible, con la luz que conforma su cuerpo atrapada dentro.
-¡Vaya!, has tardado más de lo que pensaba esta vez.- Exclama con una sonrisa, poniendo su mano sobre su cabeza como si fuera un descuido. -No puedo rechazar un duelo, es una ofensa hacia mi honor.- Se justifica con el ceño fruncido. Sabe que pensaría Alphonse con eso, porque no es la primera vez que resalta el hecho que, por así decirlo, no tiene honor que poder ser ofendido.

Alphonse también desenvaina su espada, con una mirada desafiante. Antes de empezar, Fuwatari le dice una última cosa. -Recuerda, ya sabes mucho, utiliza lo que sabes para conseguir tu objetivo: dañarme. Como siempre, no te lo pondré fácil, pero viendo que nunca lo has hecho, no sé porque insistes.- Comenta, sin querer diciendo algo que puede desanimar a Alphonse; pero no, no le desanima.
-Tranquilo, lo sé de sobra. Te conseguiré vencer algún día, y Ko, amigo mío, no pararé hasta hacerlo.- Con una sonrisa confiada, aunque seguro de no poder hacer más que analizar y aprender los movimientos de su Zanpakuto, se impulsa con la espada apuntando hacia él, preparado para lanzar el primer ataque.

Alphonse lanza una rápida estocada, fácil de evadir. Ko, que es ambidiestro, cambia la espada a su mano izquierda y desvía la estocada, empujando la hoja de Alphonse fuera de su trayectoria, a la vez que se mueve hacia la derecha. Sin perder tiempo, Fuwatari contraataca propinando un doloroso puñetazo en la cara a Al. Éste cae al suelo pero rápidamente se levanta haciendo un barrido con el pie para intentar tirar al suelo a su oponente, aunque su Zanpakuto lo esquiva saltando hacia atrás.

-3 segundos y ya estás sangrando... menos de los que me esperaba.- Dice como respuesta a la burla de Alphonse cuando le hizo materealizarse, utilizando un tono despectivo. Solo lo hace para minorar la moral de su rival.
Alphonse no dice nada y adopta de nuevo una pose ofensiva. Hace un amago de empezar a correr y después lo hace de verdad. Corre hacia su oponente y cuando está a apenas unos metros salta, diciendo a la vez que cae con la punta de su espada en dirección de Fuwatari. -¡Henkan Bunkai Shi, Fuwatari no Hikari!.-, utilizando el shikai justo cuando la punta iba a dar contra Ko, quien estaba ya moviendo la hoja de su espada para volver a desviar el ataque.

El destello que suelta la liberación de la zanpakuto ni ciega ni nada, así que eso no es lo que pilla por sorpresa a Fuwatari, sino que al intentar desviar el ataque, la hoja de la espada rival empezó a encogerse, dejandole sin defensa. “No está mal” piensa, pero no va a conseguir acertar un golpe así de fácil.
Alphonse sonríe triunfal cuando parece haber dejado un hueco en la defensa de Ko, pero cuando éste empieza a retroceder, tirándose al suelo de espalda y alzando una de sus piernas, su sonrisa se borra de inmediato. Choca contra el talón de Fu dejándole sin aliento y con un gran dolor en el pecho y estómago. Su Zanpakuto cae de espaldas al suelo a la vez que le pega la patada mandándole lejos por encima de su cabeza. A la vez da una voltereta hacia atrás volviendo a quedar de pie algunos metros atrás de su posición inicial.

En cambio, Alphonse cae de espaldas y da varias vueltas hasta pararse. Se queda boca arriba, intentando recuperar su aliento, bastante dolorido por todas partes. Cuando se sienta mira hacia Ko, viendo como guarda su espada y le da la espalda. -Eh, aún no hemos terminado…- Dice levantándose a duras penas, cogiendo su costado con la mano libre. Fuwatari no se da la vuelta para contestar. -Un buen guerrerro sabe cuando aceptar la derrota. Reflexiona, recuperate y piensa más. Además, tu espada a vuelto a su forma sellada.- Y con eso desaparece de nuevo al mundo interior de Alphonse.

Queda abatido y se tumba en el suelo, mirando al cielo, dandole vueltas a la pelea en su cabeza. Ko es increíblemente rápido y Al aspira poder ser así de veloz algún día. Ya de por si es bastante veloz y puede ser bastante sigiloso, pero aún no se iguala a la de su Zanpakuto, pese a ser uno, en el fondo.
Después de reflexionar un poco, sin llegar a poder responder porque hoy a durado tan poco y  caído como una mosca (será que no estaba muy atento, aunque también puede que Fuwatari no Hikari quisiera que terminase pronto y le puso toda su fuerza en los dos golpes que le dio), hace caso de su ‘mentor’ y se duerme ahí tirado para recuperarse un poco.

Nombre : Ailin Hisaki
Fracción: Teniente
Escuadrón: 7º


Era una noche esplendorosa, la luna con su majestuosidad reinaba en la cálida noche oscura de verano, junto con las estrellas. Allí, en la rama mas alta de un gran árbol, se encontraba Ailin sentada apoyando su espalda sobre el tronco central y mirando tal bello paisaje que sus ojos verdes no podían dejar de ver. Su mirada perdida en el cielo daba indicio de que ella pensaba en algo. Los mechones de su larga cabellera negra jugaban con la brisa suave que pasaba. En un instante, una lagrima escapo por su ojo derecho, cayendo lentamente por su mejilla. Sin intentar secarla dejo que esa pequeña gota corra libremente por su lado derecho de la cara, hasta caer en la ropa de ella. Esto era la muestra de sentimientos ocultos que tenia.
 Un leve movimiento de sus labios produjo  unas palabras en silencio. La brisa que jugaba con su pelo, se detuvo repentinamente.
Nuevamente  unas lágrimas volvieron a caer de sus ojos lentamente hacia sus mejillas. Hubo un gran silencio, no se escuchaba ni el canto de las cigarras de aquel verano.

-Padre- pronuncio levemente y en voz muy baja –Madre- volvió a decir con el mismo tono de voz –Lo lamento-  dijo agachando su cabeza, mechones de pelo tapaba un poco su cara. Las pocas lagrimas que caían se incrementaron, logrando así un llanto desgarrador. -¡PERDÓNENME!- Grito levantando su cabeza y mirando la oscura noche estrellada. Sin cortar el llanto se paro sobre la rama, con una mano juntó su pelo para un adelante del hombro derecho. –Recordare el día de su muerte hasta que yo desfallezca- . Tomo su zampakutou y sin pensarlo dos veces corto su pelo dejándolo aproximadamente a la altura de sus hombros. –Esta será la prueba de mi juramento- dijo mientras que tenia todo el pelo que se corto.
 Al poco tiempo de sus palabras decidió descansar allí esa misma noche.

A la mañana siguiente del mismo día despertó. Todo era normal para cada shinigami del Gotei, solo que para la joven Ailin, no lo era. Por todo lugar que pasaba, escuchaba comentarios acerca de su repentino corte de cabello. Ella solo ignoraba cada opinión.
 Por la tarde decidió apartarse e ir al Rukongai Sur. Caminando por allí, dando vueltas y vueltas por aquel lugar, hasta llegar a una casa pequeña de estado abandonado y roto. Suspiro y dijo en voz baja –mi casa-. Recuerdos instantáneos y cortos de pequeña se le venían a la mente. Cuando una tarde acompaño a su padre a pescar, cuando ayudaba a su madre por la mañana en la limpieza de la humilde casa, cuando escucho los gritos agonizantes de su madre y cuando lloraba sola en su casa. 
Al recordad estas dos ultimas escenas, sus ojos verdes se llenaron de lagrimas, cayendo repentinamente de rodillas al suelo, las gotas que caían de sus ojos mojaban la tierra dejándola húmeda. Entonces la joven empezó a recordad nuevamente el terror que vivió aquella vez.

El tronco donde se desvaneció su padre al golpearse con este, la sangre que corría por el cuerpo de su madre y sobre todo el grito de aquel hollow que se clavo con la espada del padre de Ailin.
 Seguía recordando mas momentos, cuando aun traumada por la escena se paro y tambaleándose fue hasta el cuerpo de su padre y le gritaba -¡Papá, papá, despierta!-Y sin ninguna reacción de el. Dando nuevamente un esfuerzo, se dirigió hacia el cuerpo de su madre toda ensangrentada, y agarrando la mano izquierda, la cual tenia extendida –Mamá, mamá, por favor quédate con migo- le decía mientras acercaba la mano de su madre a la cara pálida de la pobre pequeña.
 Era demasiado tarde para ambos, aquella niña quedó sola, corrompida por lo sucedido.
 Al volver en si, la joven se levanta del suelo, se seca las lágrimas y entra a echar un vistazo la casa en su interior. Aun seguían los muebles, llenos de tela de araña y con varias marcas de abandono. –“paso mucho tiempo”- pensó. Entró directamente a un pequeño lugar que parecía ser el comedor, de unas tres sillas de madera que estaban de pie esparcidas por aquel lugar, agarro una de ellas y la dio vuelta. En la parte de abajo del asiento estaba toda escrita de números. Ella agarro una punta de metal que estaba tirada y con ella grabo el número noventa y seis. Volvió a dejar la silla como estaba antes y sonrió -96 años, es mucho tiempo, pero aun los recuerdo a los dos-dijo. Salio de la casa y se fue caminando tranquilamente de vuelta.

Spoiler:

Nombre: Hitomi Atsuki
Puesto: Primera fracción.
Rango: 8º Dependencia.

Un fuerte rugido despertó rápidamente al agotado Hitomi. Este, sobresaltado por el extraño estruendo y aun somnoliento ladeó la cabeza de un lado a otro, buscando el origen de aquel aterrador ruido. Nada a su izquierda y nada a su derecha, se encontraba totalmente solo, como de costumbre. Entonces, de repente, el rugido volvió a encrespar los pelos del solitario Hitomi, el cual pudo darse cuenta de que no se trataba de ningún enemigo acechante, sino de su hambriento estómago. Hacía ya varios días que no probaba bocado, y sabía que si eso seguía así sus días de soledad estarían contados. -Tengo que hacer algo, no puedo rendirme, no con esta facilidad.- Reacio a rendirse a la hambruna se puso en pie y con toda la firmeza posible puso rumbo a ninguna parte.

Vagaba  sin rumbo esperando que la suerte o quizás el destino, negándose a que este muriera, le hiciera dar con una fuente de comida que saciara su hambre feroz, sin embargo no hubo suerte ni intervención del destino, al parecer Hitomi tenía el tiempo contado, el cual corría mas rápido por la falta de agua y alimento. Su vista comenzó a nublarse y su boca estaba demasiado seca como para conseguir articular palabra alguna, sus fuerzas estaban al limite, tan al limite que en apenas unos segundos estas comenzaron a fallar haciéndole caer al suelo inconsciente. 'Un fin bastante patético para alguien más patético aún..' Vergüenza, vergüenza fue el último sentimiento que sintió justo antes de perder el conocimiento. Vergüenza hacia el mismo, por no haber podido sobrevivir en aquel desolado mundo, por no ser capaz de hacer nada solo, por ser patético, por ser el mismo.

-¿Crees que despertará?- Preguntó la voz infantil de una dulce niña.

-No lo se.- Respondió una nueva voz infantil, aunque en este caso se trataba de la voz de un joven chico que pinchaba con un delgado palo el pecho de Hitomi.

-¿Quienes sois?- Susurró, a duras penas, gracias a la cantidad de agua que ambos chicos le habían proporcionado. Sin esperar respuesta alguna se levantó y comenzó a caminar, tambaleándose de un lado a otro, hasta alcanzar un robusto árbol con varias piezas de fruta caídas a sus pies. Una tras otra fue comiéndose dichas frutas sin importar que estas fueran pertenencia de aquellos dos jóvenes que le habían salvado la vida.

-¡Eh, esa es nuestra comida!- Gritó la joven chica mientras se abalanzaba contra el con brutalidad.

Hitomi tragó los últimos restos de comida que quedaban aún en su boca y sonrió ampliamente dispuesto a responder. Sin embargo eso no fue posible, ya que una enorme roca voló hacia ellos. Como si de un acto reflejo se tratara Hitomi se abalanzó rápidamente hacia los niños para evitar a toda costa que resultaran dañados. Una vez a salvo, una extraña figura se presentó ante ellos. Tenía una apariencia casi humana, sin embargo su cuerpo era totalmente negro excepto la blanquecina mascara de hueso que se encontraba en su rostro. Para evitar un nuevo ataque, el ya recuperado Hitomi se aventuró contra el propiciándole un poderoso golpe en el lugar donde debería descansar su estómago. Sabía que eso no sería suficiente, sin embargo no podía hacer mucho mas contra aquella criatura. Sin pensarlo dos veces agarró a los niños y salió a correr, inútil, ya que aquel ser agarró el pie de este haciéndole caer. -¡Correr!- Gritó Hitomi con desesperación, sabía que aquella bestia acabaría con el, pero lo unico que le importaba era la seguridad de los niños, ellos habían salvado su vida y ahora tenía que devolverles el favor. Resignado cerró los ojos esperando ese golpe final, no obstante no llegaba. Cuando por fin se decidió a abrirlos vio que la criatura descansaba sin vida a sus pies y un grupo de personas, entre ellos los niños, se encontraban rodeandole. No sabía quienes eran, y para nada sabía que aquellas personas se convertirían en su nueva familia.

Sus rangos ya han sido modificados y oficialmente se encuentran en el censo.


Mensaje a Hitomi:

Spoiler:

Nombre: Imaro Furosashi

Fraccion: Teniente

Escuadron: Ecuadron 9°








Era una noche fría de julio y se me dio por caminar en el parque ya que llovía y me gusta salir a esas horas, llegando a las 4:00 después de toda una caminata por el parque camine hacia una fuentecilla donde tome agua rápidamente ya echo eso voltie y logre ver una butaca tome la decisión de sentarme en ella a fumar mientras esperaba algo de compañía, pero no fue así pasaron 2 horas y ya amanecía mire el reloj y decían las 6:32 me levante y coloque las manos en mis bolsillos para calentar mis dedos.



Mientras el humo del mismo frio recorría mis ojos rojizos tome la decisión de partir hacia mi casa y dormir un rato hasta que la hora llegase a mi día de trabajo, ya llegando pude ver a lo lejos una linda mujer vestida de verano y supuse que debería invitarla a pasar.

Disculpa- le dije a 2 pasos de distancia, mire a sus ojos y pude ver que esta lloraba por poco, me hacer  a ella y le dije -Te puedo ayudar en algo- tome su mano sin vergüenza alguna pensando en que esta llore por amo, ven acompáñame- le dije susurrándole camine hacia la puerta que quedaba 3 metros llevándole de la mano sin que esta aun no hable nada.



Entrando a la puerta noto que esta me dice -Gracias por la ayuda ya no aguantaba el frio- al escuchar eso voltie y le conteste -vale no hace falta que agradezcas- al entrar con ella le dije con un gran suspiro -siéntete como en casa, hazme el favor de sentarte y que ese cuerpo se caliente o podrás tenes problemas ceberos con el cuerpo resfriado- hecho eso de manera lenta saque mi chaqueta y pude notar la cara de la chica al ver mi katana envainada al costado de mi cintura de la parque izquierda, con gran rapidez guarde la katana en una vidriera con dos seguros.



Terminaba de hacer él te para la tal mujer que quedo en la calle aun sin preguntarle nada le atendía, caminando por el pasillo de la cocina iba con él te y el azúcar en una bandeja roja, llegando hacia el comedor donde se encontraba la chica sentí el ruido de 2 voces, abrí la puerta del comedor y logre ver a la chica y dos hombres morrudos y con una buena estatura más alta que la mía claro, inmediatamente dije en voz alta -A qué se debe esta gran visita-  al decir eso supuse que estos venían a robarme no me perseguí al contrario sería la noche más divertida de mi vida, camine hacia los dos individuos al acercarme lanzaron los dos al mismo tiempo un golpe ambos con su mano derecha, evadí su ataque claro me eleve 1 metro del suelo cayendo en la mano de uno avente la bandeja del te hacia su cabeza este impacto rompiendo su cabeza al parecer provoco un derrame entre su cerebelo y el encéfalo haciendo que este no pudiese levantar ni mover ningún musculo. Mire al otro y lo note nervioso y asustado voltio y vi a la mujer mirando todo ese encuentro, supuse que esta era la organizadora de todo este drama doméstico, volví a ver al grandote y vi como este lanzo un Cross hacia mi mentón con su mano derecha, lo bloque con mi mano izquierda deteniendo por completo el golpe, apreté su mano con toda mi fuerza haciendo que sus nudillos crujieran y se quebraran como una galleta sopada en agua, seguí tomando su mano mientras di un giro de 180° pateando su clavícula cayendo directamente contra el suelo haciendo un grabe impacto su cabeza contra el suelo. Este se intentó levantar pero en su tiempo con mi pie izquierdo aplaste su cabeza de manera violenta provocándole la muerte sin rencor.



Mire hacia atrás y vi la cara de la chica con todo el piso lleno de sangre me senté en el suelo mirando hacia abajo preguntándole -Me parece que merece una explicación, si no me das la verdad ahora te iras de aquí sin tu ojos- al decir eso la mire a sus ojos, esta me respondió -Si lo se discul.... disculpame no tenía idea de con quien me metía te juro que no lo hare más se lo juro señor eh...- al empuñando mi katana legendaria, la mire de reojo y desenvaine mi espada lentamente esta brillaba por mucho, la mire fijo y le dije mi nombre es Imaro y se acordaras del toda tu vida, con mi katana totalmente desenvainada corte su cuello de manera sigilosa y limpia, saliendo un gran chorro de sangre de su yugular, está ya desangrándose di un giro pateando su quijada esto provoco que ella se rompa la quijada en 3 partes, está por poco podía hablar, digo en voz escuchar eso la note asustada en ese minuto me levante y fui hasta la vitrina alta -Ya llegara tu último suspiro no tengas miedo- dicho eso envaine mi katana y la deje nuevamente en la vitrina.




Tome los cuerpos de los dos morrudos y los guarde en una bolsa de consorcio grande, uno en cada bolsa claro, echo eso guarde a la chica en otra bolsa, tire las 3 bolsas a la basura del parque, nadie se entero aquella noche de lo que sucedio en mi casa.